0 (demo)

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Creí que la mejor oportunidad que tenía de escapar de la sala de profesores sería ahora que el señor Jeon había dejado de sermonearme para buscar algunos papeles en su escritorio. Así que di dos pasos de reversa, para llegar hasta la puerta y abrirla discretamente. Pero mis intenciones fueron detenidas cuando me di cuenta de que había sido atrapada in fraganti.

Señorita Son —qué ingenua fui al pensar que sería así de fácil escabullirme de allí— aún no le he dicho que puede retirarse.

—Disculpe pero como ya había dejado de hablar, asumí que ya había sido eximida —expliqué, tratando de plasmar una sonrisa convincente en mi rostro.

—Ni siquiera lo intente —advirtió, haciendo que desistiera de mis intenciones— no puede escapar así como así. ¿Acaso no dijo que quería entrar al equipo de vóley de la escuela? Apenas comenzó el curso y usted ya acumuló bastantes advertencias, ¿sabe que eso repercute negativamente sobre sus pretensiones? Reflexione sobre ello. Esta vez lo dejaré pasar porque necesito que alguien mueva cajas y ayude con asuntos escolares esta semana. Así que, por favor, comience llevando esto a su clase.

En cualquier otro momento me hubiese quejado o victimizado, pero después de juntar tantos retardos e inasistencias en tan poco tiempo, no podía darme el lujo de volver a hacerlo sin desfavorecer mi reputación para la aceptación al equipo. Pues ni siquiera mis notas o mi reputación me importaban lo suficiente como lo hacía aquel sueño de pertenecer a dicho grupo.

—Sí —respondí sin vacilar. Hoy más que nunca, estaba dispuesta a hacer lo que sea para no juntar otro reporte— con gusto los llevaré, señor Jeon.

—Como debe de ser —respondió, tendiéndome el monto de deberes de mis compañeros— espero verte en clase a tiempo y también espero no volver a verte aquí por una falta más.

—Lo intentaré —dije, por fin dirigiéndome hacia la salida, con una genuina sonrisa en cara, sin embargo, el profesor no se sentía satisfecho con ello. Abrí la puerta con mi pie— ¡lo juro!

Salí como un rayo, para que no le diese tiempo al Señor Jeon de arrepentirse. Caminé lo más rápido que pude, con la intención de llegar al salón antes de que todos los libros deslizaran de mis manos, pero todos los alumnos regresando a sus clases —después del receso que me había perdido— lo imposibilitaban.

—Seo, qué gusto verte—habló esa voz conocida acercándose a mí con un regocijo descarado—  ¿estás ocupada?

—Cállate Yeon —reproché al instante su jocosidad— tú bien sabes que fue tu culpa que me riñeran hoy. ¿Qué era tan importante como para citarme justo cuando las clases estaban por comenzar y salir corriendo cuando llegó el supervisor?

—No fue mi culpa que fueras la única a la que pillaran vagando en el patio de la escuela a una hora tan temprana — se excusó, y de no ser que mis manos estaban ocupadas ya lo habría golpeado—. Mira allá —dijo él, señalando un lugar al frente que no podía discernir por mi campo de visión siendo obstruido.

—No puedo ver por esto, genio —ironicé y él rodó los ojos. Rápidamente tomó la mitad de los cuadernillos que sostenía para que así pudiera alcanzar a fijarme en lo que él deseaba.

—Cabello café, sudadera gris, audífonos de cable y quizá unos... 1.80 m de estatura —enlistó uno a uno todas las características de uno de los chicos frente a nosotros, quien caminaba hacia nuestra clase siguiente.

—¿Qué hay con él? —pregunté, confusa, mirando su espalda y su lento caminar.

¿Qué tenía de interesante un chico como él?

—Se la ha pasado mirándote durante todas las clases que compartimos —soltó, dejándome desorientada por la poca relevancia de su comentario.

De repente, sin previo aviso, dejó caer sobre mis manos toda la pila de libros que me había ayudado a cargar en un principio, logrando que casi me desajustara por completo y tirara todo. Pero, afortunadamente fui lo suficientemente ágil como para afirmar mi agarre sobre ellos.

—Voy a golpearte cuando libere mis manos de esto, Jun —avisé y él rio, corriendo para esconder su trasero en el salón de la siguiente clase.

Mirarle entrar después del chico que había mencionado me dejó pensando. Cabello café, sudadera gris, audífonos de cable y seguramente de unos más de 180 cm de estatura.

¿Quién diablos era él?

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⏰ Última actualización: Jul 09 ⏰

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Hushed | Choi SoobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora