Yoongi
Mi corazón late mientras Jungkook sube las escaleras de dos en dos hacia nuestro dormitorio. Nadie nos sigue. Mi mente trata de jugar a ponerse al día con todo lo que acaba de pasar.
Mi padre está muerto. Lo pienso de nuevo, las palabras son tan definitivas. Mi padre está muerto.
Admitió haber asesinado a mi madre antes de que mi marido le metiera una bala en el cráneo. Estaba tan sorprendido por su arrebato sobre mi madre como por la rapidez con la que Jungkook reaccionó. Tan pronto como las amenazas salieron de la boca de Heechul, Jungkook le disparó tranquilamente. No hubo vacilación en sus movimientos. Él ha hecho esto antes, y ahora sé que hará cualquier cosa para proteger mi honor. Mis dedos se clavan en la chaqueta de su traje mientras me aferro a él, sin querer soltarlo nunca. ¿Cómo es que me siento seguro con él cuando lo he visto asesinar a dos personas en 12 horas? Supongo que el hecho de saber que eran hombres malos para empezar me ayuda a no sentirme culpable. Mi padre asesinó a mi madre, así que no siento ninguna simpatía por él. Me la quitó, y ahora Jungkook le ha devuelto el favor quitándole la vida.
Ella no me dejó. No por su propia voluntad. Mis ojos se humedecen ante la reivindicación de ese pensamiento. Namjoon y yo no fuimos abandonados. Aunque ella se haya ido. Aunque no cambie nada, eso significa mucho para mí. Ella nos amaba, y nos la robaron. Ahora el ladrón de su vida ha pagado con sangre.
-¿Tienes miedo, Querido? - Jungkook pregunta.
-Si- lo admito. Tengo miedo de muchas cosas ahora mismo. Una de ellas es lo que viene después y lo que pasará con mi hermano Namjoon. Jungkook me prometió su seguridad, así que tengo que confiar en eso. Preguntarle de nuevo ahora sería una señal de falta de respeto. No ha hecho nada que me haga pensar que rompería su promesa hacia mí. Definitivamente habrá consecuencias de las otras familias por esto, pero sé en mi corazón que Jungkook protegerá a Namjoon de lo peor.
-¿Me tienes miedo?- Entra en nuestro dormitorio y patea la puerta cerrándola detrás de él.
Sacudo la cabeza. Pensando en ello, creo que nunca lo sentí. No cuando le disparó a mi marido y no cuando me tomó como suyo. Todo lo que sentí entonces fue alivio. Todavía lo siento. - No te tengo miedo.
-Mi valiente rey. No mucha gente me diría eso- Me pone en la cama y yo me suelto para poder mirarle a sus ojos oscuros. No, no le tengo miedo.
-Tengo miedo de que salgas herido- lo admito. Esa es la verdad. Sólo conozco al hombre desde hace unas horas, y en ese corto tiempo me he enamorado de él. La idea de que algo malo le pase hace que me duela el alma. Pero va a haber consecuencias. Ha matado a dos hombres. Tampoco son dos cualquiera en la ciudad, son hombres poderosos. Unos que eran los jefes de sus familias. Familias que buscarán venganza. Cuando mi abuelo Jicheol se entere... trago fuerte. Eso es lo que más me asusta.
-¿Vas a intentar dejarme?- Ladea la cabeza, con una pequeña sonrisa en los labios, y apoya su mano en mi pecho.
-¿Qué? No, por supuesto que no