La fría mañana en Okuwara envolvía el ambiente en un manto helado, pero eso era insignificante comparado con el vacío gélido que había dejado en su corazón.
Uno nunca termina de conocer completamente a una persona, ni siquiera cuando se comparte cada aspecto de la vida con ella. Puedes comer con alguien, reír junto a ella, dormir en su compañía y abrirle las partes más vulnerables del alma. Puedes compartir miedos, metas y la vida entera. Pero cuando esa persona se aparta, cuando tiene sus momentos de intimidad a puertas cerradas, emerge una versión de sí misma que quizás nunca llegarás a conocer. Aunque habían pasado tantos días juntos y pensaba que realmente lo conocía, estaba equivocado. Podía enumerar sus colores favoritos, recitar de memoria cómo le gustaba el café, trazar la ubicación de cada lunar en su cuerpo e incluso conocer su secreto más vergonzoso. Sin embargo, el Kirira que se alejó, el que rompió su corazón, se reveló solo al final.
—¿Qué estás diciendo, Kirara?
El aire parecía desaparecer súbitamente, y aunque Kinji inhalaba profundamente, sus pulmones se negaban a recibir oxígeno. El silbido agudo en sus oídos solo crecía. Las palabras de su novio retumbaban en su mente, incomprensibles y desgarradoras. Frente a él, la figura de Kirira se mantenía impasible, una máscara de seriedad sin emoción. ¿Dónde estaba aquel ser amado? ¿Quién era este extraño que lo miraba con tanta indiferencia?
En un abrir y cerrar de ojos, el mundo conocido y seguro de Kinji se transformó en un caos de confusión y desconcierto. Los rincones de su vida, antes llenos de familiaridad y calidez, se tornaron fríos y distantes. La conexión profunda que alguna vez compartieron, esa complicidad indestructible, se había disuelto en el aire. ¿A dónde se había ido?
Perdido, buscaba desesperadamente los restos de aquel Kirara que solía irradiar calidez y amor. Los recuerdos giraban en su mente como un torbellino: momentos de risa y llanto compartidos, promesas susurradas en la oscuridad. ¿Cómo pudo evaporarse todo eso? ¿Había sido tan ciego ante las señales, tan insensible al cambio gradual que minaba su relación?
Sus ojos se clavaron en los de Kirara, como si intentaran penetrar una bruma impenetrable, algún eco lejano de la persona que una vez conoció. Sin embargo, solo encontró un abismo vacío. La angustia se enroscaba alrededor de su pecho como una serpiente constrictora, dificultando su respiración y dejando un sabor amargo en su boca. ¿Quién era realmente esa persona que ahora le devolvía la mirada con tanta frialdad?
El silencio pesaba sobre la mesa, denso y opresivo. Kinji deseaba con todas sus fuerzas que las palabras de su novio fueran solo un malentendido, una confusión momentánea que se disiparía con la claridad de la mañana. Pero la realidad era una niebla espesa, ineludible, que no mostraba señales de disiparse...
—Digo que quiero terminar, Kin-chan —repitió—. Ya no me siento a gusto.
¿Acaso quería poner fin a su relación? Las lágrimas comenzaron a llenar sus ojos, y una mano temblorosa se dirigió a su boca, tratando en vano de sofocar el sollozo que amenazaba con escapar. A pesar de sus esfuerzos, aquel leve quiebre no pasó desapercibido para la mesa vecina, donde una chica litowaldova de radiante belleza lo observaba. Kinji desvió la mirada, incapaz de enfrentar la compasiva mirada ajena, sintiéndose expuesto y vulnerable.
En medio de aquel fatídico desenlace, el restaurante, con sus luces cálidas y murmullos apagados, parecía un escenario cruelmente inapropiado para una conversación tan dolorosa. ¿Por qué Kirara no había elegido un lugar más privado? Una mezcla de ira, frustración y desolación inundaban los pensamientos de Kinji, mientras su mente lo bombardeaba con insultos: «Estúpido, imbécil, idiota sin corazón».
—¿Hice algo mal? —susurró con voz temblorosa—. Si es así, prometo que puedo cambiarlo. Prometo que puedo ir al psicólogo si quieres, Kirara. Puedo arreglarlo todo, pero por favor, no me dejes.
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Wakareta-tekina nochi umaku iku: Tras la separación, todo irá bien
FanfictionEn una fría mañana, Kinji enfrenta una dolorosa ruptura con Kirara, su pareja de dos años, quien decide abruptamente poner fin a su relación. Mientras las lágrimas inundan su rostro y el desconcierto llena su corazón, Kinji lucha por entender la ine...