Capítulo 1: Captura

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Los últimos rayos del sol se filtraban por la madera vieja de un hogar abandonado, favoreciendo levemente la visión del único ocupante de ese hogar. Con una expresión vacía y las manos en los bolsillos de su pantalón, caminaba marcando un paso que hacía rechinar la madera podrida del suelo. Aquella casa antiguamente fue el hogar de una familia normal ¿Qué ocurrió? No se sabe, pero todos terminaron muertos, no hubo lucha, no hubo gritos, lo único que quedo fue el olor a podrido que alerto a los vecinos. Ciertamente, un misterio sin resolver, algo que alentó todo tipo de historias paranormales. Por algunos años esta casa se fue consumiendo en soledad, solo los más estúpidos y arriesgados la visitaban, todos terminaron su visita en el primer piso antes de correr por sus vidas, ni siquiera las personas sin hogar eran capaces de permanecer mucho tiempo en este sitio.

El olor a moho y polvo invadía las fosas nasales del ocupante, pero esto parecía no importarle.

Cuando se paró frente a las escaleras de la casa, subiendo el primer escalón, fue cuando su cuerpo reacciono, su piel se erizó, un escalofrío recorrió su espalda, fue en ese momento que el olor a cadáver en descomposición le llego a las fosas nasales, pero sus sentidos captaron otro aroma aún más grotesco, "Azufre".

A medida que subía por las escaleras, el olor a podrido era cada vez más intenso, al punto de obligar a la persona a colocarse una máscara para no vomitar.

Una vez que llego al segundo piso la luz del sol se había ido, fue entonces que prendió una pequeña linterna, miro a todos lados. Su instinto le decía que corriera, pero ignoro ese hecho, estaba ahí con un objetivo, no planeaba irse sin conseguirlo.

Medito un momento, mirando cada puerta frente suyo ¿Cuál? Se preguntó, su instinto le gritaba que se alejara de la puerta al final del pasillo.

- Ahí te escondes, ¿verdad? – susurro

Camino lentamente hacia la puerta, todo su cuerpo le hacía saber que era peligroso ir a ese lugar, incluso el piso cedió ante su peso, como queriéndole mantener alejado. La madera crujía de forma estrepitosa, pero eso no logro amedrentar al ocupante, incluso su pequeña linterna parpadeaba, aunque antes nunca le había fallado.

Se sacudió un el polvo y restos de madera en descomposición de su pierna, antes de tocar el pomo de la puerta, el viento soplo de forma siniestra, haciendo crujir todo el lugar, la temperatura descendió varios grados, enfriando sus manos, lo más probable es que pudiera ver el humo de su propio aliento si no fuera por la mascarilla.

Giro el pomo de la puerta, un escalofrío aún más fuerte sacudió de forma violenta su cuerpo. Pero incluso eso no le detuvo de abrir la puerta.

Frente suyo un gran charco de sangre seco se podía observar con la tenue luz de su linterna, también se podía ver las siluetas marcadas de tres personas, dos adultos, alguien más joven.

Había una cama rota, con un colchón con moho en una esquina, dio dos pasos dentro de la habitación observando todo con curiosidad. Estantes y libreros aún permanecían en su lugar, una gruesa capa de polvo cubría todo, también la humedad había hecho de los suyo, el moho había degradado mucho de los libros ahí.

Lo interesante que había notado al recorrer el primer piso del lugar, era que de cierta forma la naturaleza había tomado parte de la casa, podías ver plantas, hacerse un camino por la madera, incluso la escalera tenía ese efecto, también algunas puertas del segundo piso podías ver algunos brotes, pero aquí, en este cuarto, nada crecía más que telarañas, polvo y moho.

Siguió observando el cuarto, pero una vez que se acercó a la cama, la puerta que había dejado abierta se cerró fuertemente.

- No deberías estar aquí- alguien le susurro desde atrás de su nuca

Por instinto se giró rápidamente, nada había detrás de ella, esto a cualquiera asustaría si lo anterior también surtiera efecto. Pero esto no aplicaba para la persona en cuestión. Un fuerte empujón hizo que cayera al piso sentado, la máscara en algún punto se había desenganchado y había caído sintiendo el aroma impregnarse aún más fuerte en su nariz, pero incluso eso no lo perturbo. Cuando agarro la pequeña linterna que había caído al suelo, alumbro la cama que estaba en la esquina. Desde bajo de la cama una mano se asomó, parecía estar empapada en sangre, pronto apareció otra mano, parecía que les dificultaba salir de ahí abajo, gracias a un impulso de ambos brazos se asomó una cabeza, poseía un cabello negro enmarañado, poco a poco se arrastró fuera de la cama, arrastrándose frente a la persona que aún permanecía en el suelo, alumbrando. Pronto su linterna volvió a fallar, parpadeando, haciendo que el ente que se arrastraba lentamente cobrara fuerza, acercándose cada vez más rápido.

Pronto el ente la alcanzo tocando su tobillo. Arrastrándose cada vez más a su cuerpo. Permaneciendo inmóvil dejo que este se trepara sobre él, poco a poco el ente comenzó a meterse en su interior, haciendo que los quejidos de la persona se hicieran cada vez más fuertes, haciendo eco por el abandonado lugar. Convulsiones fuertes sacudieron su cuerpo de forma violenta, mientras su cuerpo crujía, se escuchaba como cada articulación sonaba con cada movimiento de su cuerpo. Cuando el ente se introdujo completamente, las sacudidas cesaron, dejando inconsciente a la persona.

Los segundos pasaban lento miento mientras su cuerpo yacía inmóvil en el suelo, la única razón por la que sé sabia que estaba vivo era pro el subir y bajar de su respiración.

Pronto sus ojos se abrieron rápidamente, se sentó en el suelo tratando de recomponerse del impacto, se limpió la saliva con la manga que escurría de su boca y se llevó ambas manos a su pecho.

- Bienvenido a tu nuevo hogar- exclamo la persona levantándose, mientras se sacudía el polvo de su ropa, para finalmente arreglar su cabello.

Cuando sintió sus energías renovadas salió del lugar, pero una vez que salió de aquel lugar sintió un golpe en su pecho. Algo trato de salir de su interior con fuerzas, pero eso ya era imposible, solo en ese momento la persona cuyo rostro parecía carente de emoción sonrió.

- Sé que esto puede ser difícil de comprender...- hablo, si esto ocurriera en un lugar público, ciertamente sería tachado de loco- pero no podrás salir de mi interior a menos que yo lo diga-

Bajo las escaleras lentamente, cuidando de no caer o romper algún peldaño, camino por los pasillos ahora oscuros hasta la puerta de la casa, cuando dio un primer paso, sintió otro golpe, pero este aún más fuerte en su interior.

- Sé que no quieres abandonar este lugar debido a que muchas cosas te atan, puedo entenderlo, pero esta unión nos puede beneficiar a ambos, tú quieres venganza y yo también- hablo otra vez, frente a la casa un hombre le esperaba, estaba sentado en el capo de un auto negro fumando un cigarro.

- Eres un espíritu muy fuerte, tus emociones son intensas, necesito de tu poder para cumplir con mi meta-

- "Que te hace pensar... que te ayudaré..."- pudo escuchar

- Lo que mato a tu familia y a ti, también asesino a alguien importante para mí-

Pudo sentir al espíritu retorcerse en su interior, miro a la persona que le esperaba y este le miraba expectante, una sonrisa de la persona trasmitió el mensaje bastante bien, quien apago el cigarro que estaba en su mano, aplastándolo en el suelo.

- Es un placer conocerte Elizabeth- hablo el hombre, mientras miraba a la persona quien parecía hablar consigo misma-

- ¿mi nombre como...? - pregunto el ente

- eres bastante conocida por malas razones Elizabeth- exclamo la persona- yo soy Tamara, por cierto, espero que nos llevemos bien, de lo contrario esto puede ser algo incómodo-

El ente se retorció aún más en el interior de la chica, quien se subía al auto en la parte de atrás, abandonando la zona de forma rápida. Podía sentir como el ente luchaba por salir de su interior, pero ya era imposible, una vez que algo entraba en su cuerpo era casi imposible que saliera, a menos que ella lo dejara en libertad, pero ese no era el caso. Había sido un golpe de suerte que el ente que quedo atascado en la casa fuera femenino, de lo contrario no hubiera tenido una buena compatibilidad.

- Espero que trabajemos bien- susurro 

Pacto de VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora