Verónica.
Una sonrisa, esa era mi máscara diaria.
En mi instituto todos me conocían y me idolatraban, aunque no lo mereciera.
—Odio al profesor de historia –se queja Daniel, mi mejor amigo.
—¿Y ahora que te hizo? –le pregunta Zachary, mi otro amigo.
—¡Me pidió un informe de cien páginas! –chilla molesto.
—¿Quieres que te ayude con eso? –le pregunto, dejando de lado mi trabajo.
—¿Me estás ofreciendo tu ayuda aún cuándo tú tienes un proyecto sin terminar?
—Si –me encojo de hombros– ya casi lo termino.
—¡Pero si te lo acaban de dar! –chilla Zachary.
—No sé porque les sorprende –habla esta vez Gabriel– es Verónica Aurora Lombardo, la chica con el intelecto más alto del mundo mundial.
—No digas mi nombre completo –refuto– y deja de exagerar.
Guardo mis cuadernos.
—¿Saben que oí hace rato? –cambia de tema cuándo parece recordar algo, se acerca más al centro y baja su tono de voz– Sabrina estaba hablando con Cassandra, más bien, discutiendo.
—Es de mala educación oír conversaciones ajenas –le regaño.
—Ay, por favor –Daniel pone su brazo sobre mi hombro– ¿Me vas a negar que te da curiosidad saber sobre que discutían?
—Sí, porque no me interesa hablar sobre la vida ajena –me encojo de hombros, me pone mala cara.
—Cuéntanos de todos modos –le dice a Gabriel, quién sonríe ampliamente y asiente.
—Al parecer Jack engañó a Sabrina, y Cassandra lo sabía porque resulta que la chica con la que Jack se revolcaba era amiga de Cassandra –se ríe– sabía que algún día esa amistad se derrumbaría, las dos son un par de falsas y doble cara.
—Gabriel Alonso Blake –se hace chiquito en su asiento ante mi tono– no hables así de las personas, está mal.
—Lo siento.
—¿Porque lo regañas? Ellas no han sido buenas con nadie, menos con nosotros –Zachary se acerca a Gabriel y le acaricia la cabeza como si de un perro se tratase.
—¿Y eso qué? Nosotros no somos ellas.
—Tú ganas –dice Daniel, poniéndose de pie y dándome un beso en la mejilla– me voy a mi siguiente clase.
—Ah, cierto, nosotros también –habla Zachary, y mira a Gabriel– tenemos Cálculo.
—Esa profesora nos odia –se lamenta.
—Te odia a tí, a mí me ataca por sentarme junto a tí –replica Zac.
—¿Tú qué clase tienes ahora, bonita? –me pregunta Daniel.
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Ojos bonitos
Teen FictionSu sonrisa roba suspiros. Su mirada debilita. Su figura deja sin aliento a cualquiera. Su mirada luce fría y calculadora, pero sus ojos son brillantes como el oro, son de un tono miel jamás antes visto, como si de un pedazo de sol fuesen hechos, por...