II

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Los rayos de sol comenzaban a asomarse lentamente por las enormes raíces del árbol en el que había caído la noche anterior. La cálida sensación recorrió su rostro al ser el primer lugar en el que la iluminación tocó su cuerpo, lo que lo hizo fruncir su ceño y apretar sus párpados

No quería abrir los ojos, pero esa molesta luz que conocía bien lo obligó a hacerlo, dejando ver sus preciosos ojos ámbar y que sus pupilas se dilataran al tener al tener los rayos directamente en su mirada

-Son como estrellas -murmuro el joven Neteyam de tan solo trece años viendo los ojos del humano

-¿Las estrellas son del color de mis ojos? -pregunto con inocencia

-Pues para mí, lo son ahora

Recordar aquello lo hizo sentir una calidez en su pecho. Confiaba en que los hermanos Sully llegaron con su familia después de que se separaron así que no se preocupo

Podrían salir heridos, pero sabía que eran difíciles de matar

«Oh por eywa, que bueno que sigo vivo, golpeare a ese estúpido cuando lo vea» pensó molesto «¿Cuánto tiempo llevo aquí?»

Un cosquilleo recorría todo su cuerpo, pensó que era por lo mismo de lo incómodo que estaba pero al ver que una atokirina' se posaba en su nariz, bajo su mirada

Estaba totalmente lleno de esas pequeñas cositas blancas. Algunas volaban y se iban, otras se pasaban de él, mientras que las demás estaban abultadas en su cuerpo moviendo solo esos pequeños y frágiles bracitos que tenían

Trago nervioso, recordaba vagamente que cuando tenía doce años, el de piel oscura le había contado que las atokirina' eran muy importantes en la cultura na'vi, pues eran parte del árbol de las almas. Realmente no sabía si eso era todo lo que le dijo o si había algo más de por medio

De los ocho a los diez todo le parecía muy borroso

La atokirina' que se posó en su nariz movió un poco los muchos bracitos que tenía, causándole un estornudo que hizo que las demás salieran volando fuera de las raíces del enorme árbol en el que se encontraba refugiado

-Ugh, mi espalda -se quejó mientras se sujetaba de las raíces que estaban encima de él para poder salir de ahí

Primero saco su cabeza y volteo a todos lados para verificar que no hubiese algún peligro, cuando se aseguro que no hubiese nada ni nadie salió

Sintió como todo le trono y un dolor agudo se poso en su cuello, hubiera sido un milagro casi celestial que estuviese sin dolor después de quedar inconsciente sobre esas duras y ásperas raíces, pero era mucho pedir. Se estiro un poco y entrecerró sus ojos, tratando de acostumbrar su vista al iluminado lugar

Lo veía todo con asombro, desde los árboles hasta el suelo, nada brillaba y era más ruidoso. Peino sus largos y ondulados cabellos rojos con sus dedos, dándose cuenta que estaba algo sucio y poco después, que el oxígeno de estaba por ahogar. Comenzó a caminar un poco intentando orientarse pero simplemente no podía, no estaban esas enormes hojas de colores fluorescentes que le iluminaban el camino por las noches, por lo que no sabría a dónde ir

«Si, si, muy bonito y todo pero ¿Cómo regreso?» se dijo con preocupación «Ugh, sí debí de haberme ido con ellos... ¿Pero que tal si me hacían algo? ¿O a Net?»

Palpo sus mejillas para entrar en seriedad y se tranquilizó, vio nuevamente todo su entorno intentando encontrar algo que reconociera y lo guiará a su hogar o al menos a la cueva

No salía del búnker de día pues su cabello era demasiado llamativo para los animales, por lo que fácilmente podría ser herido o incluso perder la vida, también podría ser visto por algún na'vi o humano que anduviera por ahí, por lo que entendió del más alto, la guerra todavía continuaba, así que preferiría mil y un veces salir de noche y dormir de día

Me gustas (M! Reader x Neteyam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora