La guerra contra los Wēn ha terminado.
Wèi WúXiàn solo quiere casarse con su primer amor, con la seguridad de que su nombre ha sido limpiado con la ayuda del menos esperado.
Pero, la felicidad y suerte nunca estuvieron de su lado.
Por favor, leer el...
Hijo de puta, entrega esto a mí tío, son noticias sobre los perros Wēn.
Una falsa sonrisa surcó el rostro de MengYao al escuchar el ácido tono que usó su primo, aceptando los pergaminos y despidiéndose con una forzada reverencia.
La fachada de sumisión que siempre cargaba desapareció al cruzar la puerta de su propia habitación, soltando un gruñido lleno de frustración al leer cada uno de los reportes. El Jīn esperaba encontrarse con cultivadores partícipes de la guerra, no con ancianos, mujeres y niños que perdieron todo a causa de la fría guerra. Podía despedirse del respeto de Lan-er gēge si la información llegaba a sus manos. ¿Su hermano jurado le creería? Reconoce la fraternal mirada que le regala en las juntas que ocasionalmente tiene con el líder Niè y teme decepcionar su corazón después de acercarse desinteresadamente.
MengYao se pregunta si dar a conocer los reportes ayudará en apaciguar la ira de su otro hermano jurado. ¿Lo volvería a ver cómo su igual? ¿Su fracturada relación…?
Deseaba con todo su corazón que su padre, el líder Jīn Guangshan, lo reconociera como hijo y se sintiera orgulloso pero, la cálida voz de su madre le decía que no lo hiciera a costillas de inocentes y que era mejor opción ser fiel a los principios de un buen cultivador. MengYao no era un monstruo sin corazón como para condenar a inocentes. Si su padre caía, cabía la posibilidad de que se uniera de nueva cuenta, bajo la secta Niè y tal vez, solo tal vez, recuperar eso que quedó incluso por sus acciones precipitadas.
Entre maldiciones decide guardar los pergaminos entre las mangas de su túnica, dejando que sus cortas piernas le dirigieran lejos de la Torre de la Carpa Dorada. Usa un poco de su energía espiritual para enviar una mariposa mensajera, con la esperanza de contactar al hermano de su ex pareja. Aunque odie admitirlo, reconoce la inteligencia que HuáiSāng esconde detrás de no lo sé, realmente no lo sé.
MengYao esperaba contar con la suerte necesaria para que nada malo sucediera mientras llegaba el mensaje.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Con la aparición de la carecía y el banquete floral MengYao aprovechó para arrinconar a su ex cuñado en una de las habitaciones más alejadas. Si todo resultaba según lo planeado, sacaría a la luz lo sucedido con los Wēn y otros planes que el líder Jīn ordenaba.
─── A~Sāng.
─── ¡A~Yao! Te extrañé mucho, ¿Por qué ya no me visitas?
La calidez de los delgados brazos de HuáiSāng le permite bajar la guardia, no dudando en abrazarlo y pegarlo a su propio cuerpo sin mucha fuerza porque A~Sang es delicado.
─── También te extrañé, A~Sāng, el trabajo con mí padre no me ha permitido salir. ───Unas cuantas palmadas fueron dejadas en la espalda ajena antes de separarse─── Necesito pedirte un favor…
─── ¿Qué ocurre? ¿Estás bien, Jīn-xiong?
─── Sé que la posición de los Wēn no quedó limpia después de la campaña pero, lo que quiere hacer mi padre es imperdonable.
