Pura Sangre 🩸 [Sproier]

XIV

Recuerdos.

Los alfas siempre son protectores de sus omegas y con su padre no fue la excepción, desde pequeño se demostró que el cachorro de oso con cabello azabache seria alfa, actuaba diferente a los demás cachorros, pensaba incluso diferente, lo cual lo mantenía aislado de los demás, no fue hasta el pequeño incidente cuando sus padres comenzaron a preocuparse.

-.Spreen cariño estas bien.-

Un hermoso azabache de ojos lilas corrió hasta donde se encontraba el pequeño, aun con las mejillas rojas y pequeños sollozos, se arrodillo para quedar a su altura, quería ver su rostro, pero el pequeño evitaba mirarle a los ojos.

-. Yo... solo quería defenderte. -

Las lágrimas comenzaban a salir de los inocentes ojos del cachorro, conmoviendo el corazón del omega, tomando su pequeño rostro con sus manos y secando las gotas con sus dedos pulgares.

-. Lo se cariño, lo se. –

Le dedico una cálida sonrisa, antes de levantarse para encaminarse a la oficina del director, tenia que saber lo que había pasado con su hijo y con la otra persona involucrada, pero para su sorpresa no solo estaría el, si no los padres de la "Victima".

-. Como es posible que permitan a este animal en su institución. –

Escucho los horrendos chillidos de otro omega, sería una plática difícil si su alfa no se encontraba por estar fuera del país. Abrió lentamente la puerta de la oficina, dejando ver a 3 personas dentro.

-. Disculpe la intromisión, soy el señor de Luque Doblas. –

-. Si adelante. –

Un alfa algo veterano le indico pasar, a lo cual obedeció.

-. Tome asiento señor de Luque. –

Se sentó junto a la otra omega y su cachorro que estaba bastante mal herido. 

-. Dígame que ha pasado con mi hijo. -

-. Que ha pasado, pues que su hijo es un completo animal, mire nomas como ha dejado a mi pobre hijo, le clavo sus asquerosas garras. -

Marfullo la omega con su voz chillona y ese irritante olor a avellana.

-. Spreen no es un animal, discúlpeme señora, pero mi hijo es el chico más tranquilo e inocente de todo el mundo. -

Estaba irritado, la omega solo lo ponía de mal humor, como es posible que le dijera animal a su hijo, el incluso estaba asustado cuando llego.

-. No, tiene razón, no es un animal, es una bestia. –

El azabache de ojos lilas se levanto de su asiento, ahora sí que había pasado su límite, estaba a punto de agarrarla de sus cabellos desabridos y rubios para mostrarle una lección que en su vida olvidaría.