★ 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐌𝐈𝐍 ┊ Chan no entendía la rara personalidad de Seungmin y tampoco lo entendía a él hasta que descubrió que el pequeño chico provenía del año 1949 y que fue prisionero en los campos de concentración de Hitler.
⤷ adaptación autorizada...
—¿Qué hacen ellos aquí?—susurró mirando al mayor.—¡¿Por qué vendrían al final del día?!
—¡Por esa razón debemos irnos! ¿Y si alguno de ellos se encuentra con uno de tus amigos? —instantáneamente en ese momento no fue Christopher quien le vino a la mente, sino Jeongin y Minho, algo que le confundió pero ignoró.—¿Y si se encuentran ustedes dos? No sé qué pueda pasar pero no voy a quedarme aquí para verlo, ya vámonos.
La voz de Hyunjin se escuchó fuera de la pequeña habitación en la que el pelinegro y su mejor amigo estaban así que el uno al otro taparon su boca para evitar cualquier sonido o inclusive el ruido de su respiración. A los segundos escucharon la voz de Seungmin, el Seungmin de esa línea hablar con Hyunjin.
Por unos segundos no hubo respuesta ya que por supuesto el Seungmin de esa línea no sabía de lo que el ajeno hablaba, por lo cual fue un poco incómodo.
—Le dije a Yeji lo que me dijiste, sólo iba a preguntarte qué días sería ya que durante una semana ella y yo iremos a Estados Unidos.—se escuchó decir a Hyunjin.
—¿Disculpa?—finalmente mencionó Seungmin.—¿Días sobre que?
—Las competencias, ¿Recuerdas que hablamos de eso en el gimnasio?—frunció ligeramente su ceño al no entender la reacción foránea.
El pelinegro en la habitación miró a Felix quien hizo un ademán con sus hombros indicando que no tenía idea de qué hacer, así que Seungmin lo tomó por la mano, después abrió la puerta y lo empujó rápidamente hacia fuera, cerrando de nueva cuenta la puerta para no ser visto.
—Eh... iba a...—miró a su alrededor durante breves momentos en busca de una excusa.—Venir por ti, quise darte la sorpresa y me metí ahí.—rió levemente.
—Eres tan lindo.—sonrió ampliamente.—Vine al club de música, no queremos que Christopher nos eche, ¿cierto?—Han y Wonpil asintieron riendo.—Hyunjin, hablamos más tarde, ¿si?—le guiñó el ojo y se alejó de ahí junto a sus tres amigos.
Escuchó cada vez sus voces más lejos, pero aún así espero unos segundos para salir, luego respiró profundamente antes de abrir de forma lenta la puerta, miró a su alrededor y se aseguró de que no hubiera nadie para posteriormente salir de ahí. Suspiró. Por un momento se sintió tranquilo hasta que supo que debía ser muy cuidadoso por dónde iba.
—Christopher... joder.—se golpeó mentalmente y corrió por lo pasillos para encontrar al pelinegro, no le importó si iba empujando a los estudiantes.
Dio vuelta en uno de los pasillos y vio a su mejor amigo junto a los dos castaños y a si mismo ir en esa dirección así que rápidamente se metió al primer aula que encontró, cerró la puerta y se recargó en ésta. Podía sentir su corazón latir rápido y fuerte, sus manos temblaban y sudaban al mismo tiempo, sentía mucho miedo de lo que podía pasar, pero aún así quería ver a Christopher, quería arriesgarse.
En los pupitres habían algunos estudiantes los cuales le sonrieron tras chocar miradas así que para verse natural también les sonrió.
—¿Alguno de ustedes ha visto a Christopher del club de música? Cabello negro, alto...—la mayoría negó, excepto una chica.
—Creo que lo vi dirigirse al gimnasio.—mostró una tímida sonrisa.
—Gracias.—salió del aula pero chocó con Hyunjin y Yeji, quienes al parecer iban a entrar, se maldijo en su mente, tenía que ser menos apresurado.—Hey, ¿Qué tal?—sonrió.
—¿Estás bien?—preguntó primero la castaña.
—¿Qué pasó contigo anteriormente?—ahora preguntó el pelinegro con un ligero ceño fruncido, ante la perspectiva de Seungmin parecía molesto.
—Eh...—comenzó a jugar con sus dedos.—Iba a decirte pero...—hizo una mueca al no saber qué decir.—No quería que Han supiera, ya sabes cómo está detrás de mí y si le digo es probable que quiera algo más y no estoy listo aún, ¿Me entiendes?—sonrió forzosamente, si era honesto esa excusa sonaba bien.
—Ah, entiendo, no te preocupes.—también sonrió.—Bueno, parece que llevas prisa así que hablamos mañana.
—De acuerdo.—hizo una pequeña reverencia y se alejó de la puerta, pero se detuvo por la voz del mayor otra vez.
—¿Llevabas esa ropa antes?
—¿Eh?—se miró a si mismo de abajo hasta arriba.—La chaqueta me la acabo de poner.—soltó una pequeña risa.
—Ah, está bien.
Hyunjin y Yeji entraron al salón.
No considero eso, él y el otro Seungmin llevaban vestimenta diferente, sólo podría engañar a un verdadero tonto, aunque... de hecho, ya lo había hecho.
Esta vez caminó más despacio, teniendo cuidado de encontrarse con cualquier estudiante.
—¡Min!—gritó Minho abrazándolo con fuerza, el pelinegro se alejó incómodo y miró a su alrededor ya que ese grito puede que se haya escuchado en otros pasillos.—¿No vienes a música? Christopher no está ahí así que salimos a buscarlo y también a ti.
—Christopher... —sacudió su cabeza ligeramente.—Ustedes vuelvan al club, yo volveré con él, ¿si?—mostró una pequeña sonrisa y se dió la vuelta para retomar su camino al gimnasio.
Antes de caminar, pensó en que si se iba al final del día, aquel Minho y Jeongin ya no serían los mismos si todo se resolvía, y aquellos dos volverían a ser esos enfadosos chicos... ¿Era la palabra correcta? No quería perderlos tampoco.
Suspiró.
Volvió a girarse a ambos y les sonrió de nueva cuenta antes de abrazar al castaño, el mayor correspondió de inmediato con dulzura. Seungmin se tomó el tiempo de disfrutar la calidez y olor ajeno, era tranquilizador y un olor suave. Minho no era malo, al contrario, era adorable y muy buen chico, pero aún no entendía porqué en su línea era tan diferente al que ahora abrazaba.
—¿Pasa algo, Min?—el mayor palmeó suavemente la espalda ajena.
—Eres un buen chico.—sonrió levemente.—Y tienes un gran corazón, espero que siempre lo recuerdes.—se alejó un poco y lo miró.
—Estás raro.—sonrió y tomó la mano del pelirrojo.
—Y Jeongin...—pero antes de hablar, el mencionado alzó su mano durante unos segundos.
—Está bien.—palmeó el hombro del pelinegro con delicadeza, luego le regaló una sonrisa.—Sólo ayúdame... por favor.
"Ayudar", Jeongin sabía lo que pasaba, y gracias a las palabras del pelirrojo lo entendió. Y aunque quería saber todo el misterio detrás de él sabía que lo mejor era dejarlo para otra ocasión. Ante sus palabras asintió levemente y después se despidió para buscar a Christopher en el gimnasio.
No sólo Seungmin había viajado del pasado al futuro, Jeongin también lo había hecho.
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