Introducción

3 0 0
                                    

Era una mañana tranquila, el sol se asomaba por las frías calles de una ciudad normalmente bulliciosa, aunque ahora estaba sepultada en un silencio profundo que fue quebrado al sonar una especie de sirenas por toda la ciudad, casi como siguiera al sonido un temblor sacudió los edificios rompiendo las ventanas haciendo que las calles se llenaran de cristales y del centro de la carretera una especie de masa de brea salía del concreto formándose en una especie de gel con múltiples ojos mirando a su alrededor que procedió a atacar los edificios a su alrededor.

-Es un Slime negro de alrededor de 9 metros – sonó una voz masculina atreves de un comunicador la que estaba recibiendo el mensaje era una mujer joven de alrededor de 25 años cabellera blanca y ojos azules con una postura tranquila y firme, esta estaba parada sobre uno de los edificios que estaba siendo atacado por el denominado Slime negro, pero mostraba una calma realmente sorprendente casi como si aquella criatura que fácilmente hacia sacudir el edificio en el que ella estaba parada no fuera nada de lo que preocuparse

-Entendido localizaron el cristal de alma- Dijo con una voz suave mientras se paraba al borde del edificio sujetaba entre sus manos lo que parecía un estoque clásico sin decoraciones solo un mango redondeado, por su atuendo cualquiera fácilmente la confundiría con una civil, pero en realidad era parte del gobierno una de las pocas personas encargadas de detener a aquellas criaturas, aunque cada vez eran menos los que volvían al cuartel

-El núcleo se mueve por todo el cuerpo tendrías suerte si logras matar a esa cosa sin dañarlo- la voz detrás del comunicador era su ayudante una IA altamente desarrollada para el apoyo de los soldados que enfrentaban a las criaturas mágicas que atacaban la civilización humana, las personas ya se habían adaptado a que aquellas criaturas los atacaran y empezaron a ver a los que los derrotaban como héroes aunque entre los mismos no se veían más que como perros del gobierno ya que a la mayoría no se les permitía negarse a unirse a la fuerza de supresión de criaturas mágicas o siquiera negarse al salir al campo a enfrentar a aquellas criaturas

-Informa a los superiores y diles que envíen un escuadrón de limpieza y reparaciones a mi ubicación- Tras escuchar un pitido de su comunicador esta mira hacia abajo a la criatura viscosa que tacleaba los edificios a su alrededor y no sin antes dar un suspiro de exasperación da un paso saltando al vacío con espada en mano, está apunto su estoque hacia la criatura que al percatarse de la mancha blanca que caía sobre el expulso unos tentáculos de su cuerpo tratando de atraparla en el aire solo para que fueran esquivados en el aire con una facilidad y gracia impresionante esta usaba los tentáculos que la atacaban como puntos de apoyo para cambiar su dirección la caída no parecía afectarla y al llegar al cuerpo de aquella criatura clavo su estoque en uno de los múltiples ojos de su cuerpo haciéndolo chillar de dolor esta criatura no tenía una boca visible pero aún era capaz de hacer ruidos cuando los tentáculos de la criatura se posaron sobre la chica esta gira su estoque y un rayo surgió de su arma que recorrió el cuerpo completo de la criatura haciendo que la textura antes viscosa empezara a hervir y luego se diluyera en las calles esparramando un fluido negro por cuadras y cuadras de la ciudad esta cayó al suelo a salvo con nada más que unos cortes en su pantalón y algo de sangre saliendo de un raspón ocasionado por aquella criatura, esta miraría a su alrededor con una expresión compleja mientras a sus pies un pequeño cristal floto hasta chocar con su bota

-Misión completa- dijo en un tono melancólico mientras sus pensamientos se perdían en el horizonte mientras que un pensamiento surgió –"cuando empezó esto"-

La chica no era capaz de recordaba el momento en que todo comenzó pues fue mucho antes de su nacimiento, cuando las criaturas mágicas empezaron a aparecer de la nada atacando a los humanos y causando un caos en la sociedad. Al principio, las personas huían y se escondían, pero con el tiempo, la humanidad se organizó para defenderse y enfrentar a estas criaturas. Ahora, la chica era parte de esa fuerza de defensa, pero no podía evitar sentir que algo estaba mal, que algo no encajaba en todo esto. Mientras se alejaba del lugar donde acababa de vencer al Slime negro y se dirigía a la base, su mente seguía buscando respuestas y preguntas sobre lo que estaba sucediendo en su mundo.

Se preguntaba si las criaturas mágicas aparecieron por alguna razón en particular, si había alguna forma de detenerlas de aparecer o si había un lugar en el mundo donde los humanos y las criaturas mágicas pudieran coexistir en paz. Se sentía un poco abrumada por las preguntas sin respuestas y el hecho de que ella misma estaba luchando y matando a esas criaturas. ¿Era necesario sacrificar vidas por el bien de la humanidad? ¿Habría una forma de llegar a una solución pacífica?

Mientras caminaba, notó que la gente a su alrededor la miraba con respeto y admiración, algunos incluso se acercaban para agradecerle y pedirle autógrafos. A pesar de la atención que recibía, la chica no podía evitar sentir un poco de tristeza, porque sabía que ella y sus colegas estaban viviendo en un mundo que ya no era el mismo que antes, que habían perdido algo importante en la lucha contra las criaturas mágicas, algo que nunca podrían recuperar.

Aunque sentía un poco de incertidumbre y tristeza, la chica sabía que ella tenía la responsabilidad de seguir adelante, de seguir luchando y protegiendo a los demás, porque eso era lo que se esperaba de ella. Sin embargo, cada vez que miraba hacia el cielo, se preguntaba si había alguna forma de llegar a un mundo mejor, un mundo en el que la humanidad y las criaturas mágicas pudieran coexistir en paz y armonía.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 11, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

No quiero ser su heroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora