CAPITULO 01

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Su pecho subía y bajaba de manera rápida e inconsistente. Abrió los ojos de par en par sentándose en el acto. Con una mano tomo su pecho intentando regular su respiración, con la otra, roso sus dedos con las hebras oscuras de su cabeza pasándolas hacia atrás sintiendo la raíz de su caballera mojada y grasosa. Los gestos de disgusto no tardaron en aparecer sobre su rostro. Odiaba la sensación de haber olvidado algo importante. Así eran el noventa por ciento de sus mañanas. Pero pues ¿Qué se le iba a hacer?

Se levantó abriendo la ventana rota de su casilla de madera recibiendo el alba de la mañana sobre su rostro cansado. La brisa matutina lo llenaba de frescura para iniciar su mañana como cualquier otra.

Debería de arreglar la ventana – se dijo a sí mismo, pero sabía que no lo haría, no tenía el valor para cambiarla.

Se desvistió y llenó la tina para darse una ducha y despabilar lo que quedaba de cansancio en su ser poco amado. Estaba sentado con las piernas recogidas hasta el pecho. El agua relajaba sus articulaciones llevándolo de manera lenta nuevamente a la tranquilidad, un lugar ajeno de su desastrosa mente. El resonar de las gotas sobrantes de la boquilla del grifo contra el agua de la bañera se llevaba sus penas, el agrio olor a mañana lo drogaba de una manera tan tranquilizante que anhelaba cada mañana que así se mantuviera el resto del día . . . un lindo deseo para una pobre alma en pena.

Suspiró soltando toda la caga, su cuerpo se resbaló por la pendiente de la bañera dejando sus rodillas desnudas ante el frio de la mañana y hundiendo su rostro dentro en el agua en un pequeño intento de que los problemas y preocupaciones restantes se unieran de una manera mágica con el agua sacándolas de sí. Cuando la respiración parecía abandonar su ser salió del agua para ahora si comenzar la ducha de manera correcta.

Finalizo con su cuerpo siendo recorrido por el suave tacto de la toalla, tomó su ropa ya preparada con anterioridad y dejada descansar sobre la que suponía ser la barra de la cocina. Sobre la ropa una nota.

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Espero tengas un buen día Alex:]

Te olvidaste de desearme

Buenas noches :'[

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El chico sonrío mirando el pedazo de papel con aprecio, un aprecio desolado y con cierta pisca de tristeza. Desearía ayudarlo, pero no se sentía parte de eso. No quería involucrarse de lleno, no otra vez con algo similar. Tenía una tarea más sencilla que coincidía con lo que deseaba desde un principio. Una vida tranquila. Dejo la nota de lado y continúo cambiándose.

Unos pantalones negros, zapatos cómodos del mismo color. Camisa de botones manga larga blanca con un par de tirantes negros. En cima su característico suéter azul y en la muñeca un lazo color sangre ajustado y colocado de tal manera que se lograra apreciar un moño. Un lazo que conectaba a su corazón y que a pesar del tiempo se le había hecho difícil de superar. Finalmente, un gorro del color de sus pantalones, de hecho, uno de los muchos que tenía.

Abrió una de las repisas que servían como alacena y saco unos cuantos panes tostados, le quedaba poco. Necesitaba ir a buscar recursos, no podía depender siempre de ellos. Guardo el pan en su inventario y acomodo las cosas de manera de que pudiera encontrarlas fácilmente en caso de necesitarlas. Seguido se preparó con su mochila y demás cosas que sabía utilizaría.

Abrió la puerta echando una última mirada a su casa, suspiro y salió recibiendo al sol con cierta incomodidad visual, aun así, avanzo adentrándose al bosque y queriendo pasar de largo, pero el sentimiento de culpabilidad no lo dejo avanzar. . . no podía irse sin antes darle los buenos días a aquella personita dueña del listón sangre. Pequeña personita fuerte y amante de lo natural

Part of it [QSMP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora