The Prince's Secret

único

8,478 palabras

Kai Kamal Huening.

Era el hombre más codiciado del magnífico reino. Sus rasgos divinos siempre cautivaban a todo el mundo, la fragancia natural de su cuerpo siempre se esparcía cuando pasaba entre la multitud, y aquellas cuentas centelleantes podían engullir a cualquiera que lo mirara. Su piel era tan suave y blanca como la nieve, e incluso algunas mujeres sentían celos de él. Como un ángel del cielo, el príncipe era siempre adorado por su pueblo.

La singular forma de su cuerpo generaba lujuria entre los caballeros reales, apostando a que bajo sus ropas de satén había un cuerpo de hermosas curvas y una seductora fragancia corporal. Nadie era capaz de apartar la mirada cuando aparecía. Su cuerpo parecía resplandecer, provocando en cualquiera una sensación de asombro o amor.

El Príncipe Heredero del Reino de Scintilla, realmente un ángel sagrado enviado desde el cielo. Kai, sin embargo, no era una persona fácil de conseguir. Era un príncipe frío pero elegante, amable pero feroz en el campo de batalla. Era algo más que un rostro hermoso y un cuerpo perfecto. Huening Kai era un príncipe heredero muy inteligente y autoritario, el orgullo del rey Nabil.

Cuántos pretendientes, hombres y mujeres, han acudido a él, deseándolo como esposo. Por desgracia, todos han sido rechazados de plano por él, dejando claro a todos que su amor no se puede pedir tan fácilmente. El propio Kai optó por centrarse en su educación y luchar en el reino de Scintilla. Sobre todo porque su padre ahora estaba ocupado con otros asuntos, Kamal recibió la responsabilidad de cuidar de su reino.

Su hermano y su hermana se habían casado jóvenes, debido al amor que florecía con tanta frescura. Habían sido felices antes, se alegró Kai, pero como hijo único tenía que dar prioridad a sus deberes como príncipe de este reino.

Kai estaba acostumbrado a estar solo de nuevo, como esta noche de todos modos. Una vez terminados todos los asuntos reales, el dulce príncipe se quedó en su habitación con una taza de té y unas galletas ligeras. Quería calmarse después de haber estado mareado por los numerosos asuntos reales que habían bloqueado su hilo de pensamiento durante todo el día. Había suficientes problemas en la ciudad como para mantenerlo pensando.

El aroma del té de menta bastó para borrar el cansancio de su mente. Kai observaba la bulliciosa ciudad nocturna desde la ventana abierta. Sus labios se curvaron hacia arriba, sintiéndose feliz de ver feliz a su querida gente. Kai dio otro sorbo al té de menta, dejando que la brisa nocturna le recorriera el pelo.

Soñando despierto durante largo rato, le despertó un golpe en el exterior de su habitación.

"Príncipe Kai, el caballero Choi está aquí para verlo." Kamal parecía un poco sorprendido al oír el anuncio del guardia fuera de su habitación. Dejó su taza de té lentamente mientras se levantaba de su asiento. Se alisó la túnica de satén color melocotón, queriendo lucir siempre una elegancia atemporal."Déjenlo pasar". Ordenó desde el interior. La puerta se abrió de inmediato, dando la bienvenida a la figura del caballero Choi que aún vestía armadura. El rostro del hombre alto estaba sucio de polvo y un poco de barro. Era seguro que acababa de terminar un duro día de entrenamiento. El rostro de Kai parecía ansioso, contuvo sus pasos un momento."Vengo a darle una noticia importante, Príncipe". dijo Soobin, conteniendo la sonrisa. Kai asintió brevemente."Cierra la puerta y déjanos solos. Esperen en las escaleras". Recibida la orden, los dos guardias cerraron inmediatamente la puerta y se alejaron de la habitación del príncipe.

Cuando se oyeron pasos que se alejaban, Kai corrió hacia Soobin y se abrazó a él. El más alto le dio la bienvenida, devolviéndole el abrazo con una risa aliviada. Sus apretadas agendas respectivas habían separado a los amantes, haciendo que la nostalgia se les clavara en la piel. Especialmente Kai, que sólo podía verlo de lejos durante el día. La noche, es el momento en que ambos pueden besarse. Su especial relación se mantuvo en secreto por el momento, a la espera de que el padre de él regresara de otro país. Al soltarse el abrazo después de mucho tiempo de anhelarse mutuamente, Soobin se quitó los guantes e inmediatamente acarició el rostro de su amante.