Te quiero solo para mí

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(CORREGIDO)

Me empuja bruscamente hacia atrás, casi me hizo caer, y siguió golpeándola con furia.
Dios, Alex estaba totalmente fuera de sí.

Estaba paralizada, la estaba matando. Traté acercarme de nuevo, pero sentí que alguien me sostuvo del brazo. Era la amiga de Alex.

-Oye, quédate aquí.-Dijo, acercándose hasta Alex y la separa de Melissa. Alex trata de zafarse, pero ella le toma del rostro.

-Oye, trata de calmarte, es suficiente, Alex.-Le pide, serenamente.

-Suéltame, joder.-Respondió, intentando liberarse.

-Mira a tu chica, la estás asustando, cálmate.-Menciona, señalándome.

Ella me mira y viene hasta donde estoy, me agarra del bazo y me guía hasta la salida.

-Suéltame,Alex.-Pedí, intentando soltarme de su agarre, pero me fue imposible. Llegamos hasta su auto. Paré y me solté con fuerza.

-Que me sueltes, Alex.-Reproché, molesta.

-¿Qué mierda hacías, Oriana?.-Me pregunta en un tono subido.

-No, ¿qué mierda pasa contigo?.-Desvíe su pregunta por otra un tanto enfadada.

-Contéstame tú, Oriana. ¿Qué fue ese puto beso?.-Pregunta con mucha ira.

-Estás loca, Alex.-Comente tratando de mantener la calma.

-Sube al auto ahora.-Ordena de forma autoritaria.

-Vete a la mierda, no iré contigo a ninguna parte. Casi la matas... Quiero ir a ver cómo está. No la dejaré así.-Expliqué, determinada.

Me sujeta ambos brazos y me empuja contra el auto. Acerca su rostro a la mía.

-¿Acaso, no entendiste lo que te acabo de pedir, Oriana?... Quiero que entres al puto auto ahora.-Me grita, presionando mis brazos.

Me estaba mirando fijamente, estaba realmente furiosa. Y eso me estaba empezando a asustar.

-Alex. Me estás lastimando. Por favor, suéltame.-Supliqué, sintiendo el dolor en mis brazos.

Me soltó de un lado, abrió la puerta del auto y con un estirón me metió adentro.

-¿Qué haces?, te he dicho que no iré a ninguna parte contigo.-Cuestione, desesperada.

-Te callas y ponte el puto cinturón.-Ordena con autoridad.

Luego cerró la puerta de forma brusca, se dio la vuelta, subió al auto y arrancó. Salimos del lugar a gran velocidad.

Ella mantenía su vista fijamente en la carretera, sus puños tenían un poco de sangre, también noté como apretaba el volante. Ibamos bastante rápido.

Una vez que llegamos en su casa, se estaciona.

-Bájate.-Me ordena, sin siquiera mirarme y bajándose primera del auto.

Decido hacer lo mismo, ella se pone en mi frente y me vuelve a tomar del brazo. Y me lleva adentro. Una vez dentro, me guía hasta su habitación.

-¿Ya me puedes soltar, Alex?.-Pregunté, esperando que me soltase.

Me arrastra adentro y cierra la puerta.

-¿Me vas a explicar, Oriana?.-Exige en tono serio.

-No tengo ninguna explicación que darte.-Le respondí, cruzando los brazos y mirando para un costado.

Se acerca lentamente y quedando a mi altura me dice:

-Ah, ¿no?.. Dime, ¿qué fue ese puto beso de una vez, Oriana?. ¿Qué relación tienes con esa maldita hija de puta?.-

-Es mi amiga y el beso no fue nada, ¿bien?.-Intenté explicarle.

Vuelve a su postura y sonríe de forma sarcástica, luego se da la vuelta. Camina hasta su balcón y se apoya en la mesa. Decido acercarme lentamente hasta donde está.

Quedamos por unos minutos en silencio. Ella miraba en un punto fijo sin desviarla.

-No lo vuelvas a hacer...-Demanda, acabando con el silencio. -No vuelvas a besar a nadie más.-Añade, seriamente.

Me mira con mucha seriedad.

-Si te atreves, besar a alguien más. Le romperé la puta cara. Sin importar quién carajos, sea.-Me advierte con ira y determinación.

Decido acercarme, apoyo suavemente mi mano en su cara.

-Alex, el beso fue algo que no debía pasar, ella solo se dejó llevar por el momento y tal vez por los tragos.-Le explico, tratando de calmar su ira.

-Entonces no la vuelvas a ver. Es obvio que ella busca algo más.-Argumenta, intentando prohibirme.

-Necesito hablar con ella, saber cómo está. A pesar de todo es mi amiga. Estoy segura que solo se confundió.-Menciono, tratando de razonar y mantener la calma.

-¿Acaso no lo entiendes, Oriana?.-Expresa, frustrada y elevando la voz.

-Alex, ya puedes parar con esto, no tienes por qué prohibirme nada. Te tienes que calmar.-Le pido a modo de súplica.

Me sujeta del cuello y me mira ya hartada. Para luego decirme: -Esto es muy sencillo, Oriana. Te alejas de ella o acabo con su maldita existencia. Tú, decides.-Amenaza con un tono bastante escalofriante. Hasta se me pusieron los pelos de punta, lo peor es qué se notaba que lo decía muy en serio.

Al principio su agarre era leve, pero a medida que lo fue intensificando, sentí que me faltaba un poco el aire. Rápidamente trato de retirar su brazo. Al darse cuenta, inmediatamente afloja su agarre.

-¿Qué mierda pasa contigo, Alex?.-Argumento, con la voz poco clara.

-¿Es que acaso, no lo entiendes?. No soporto verte con alguien más, besando a otra persona. No tienes ni puta idea como me pone. Maldita sea, Oriana. Te quiero solo para mí.-Confiesa de forma posesiva.

Me agarra de la cintura y apoya su frente con la mía.

-Alex.-Balbuceo, tratando de encontrar las palabras adecuadas, para expresar lo que estaba sintiendo, esta mezcla de emociones y sensaciones que ella provocaba en mí.

-¿Sí?.-Responde, acariciándome la cintura, subiendo lentamente su mano hasta mi nuca, ejerciendo un suave apretón en el lugar.

-Oriana, quiero hacerte mía ahora.-Susurra, aumentando aún más la tensión que se estaba formando.

Sus apretones y su cercanía me gustaban. Sin querer se me escapa un pequeño jadeo. El hecho que me apreté así me excitaba.

-Hazlo, Alex.-Acepte finamente con una mirada provocativa.

A pesar que esto estaba totalmente prohibido  por un motivo, que estaba traicionado a esta persona. A pesar de ello, no me importó nada más, en verdad no dejaré pasar esta oportunidad. Aceptaré de una vez lo que siento por esta dominante y magnífica chica.

Te Deseo [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora