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"Nigel, te odio". Le informé a mi mejor amigo desde la infancia por teléfono.

Estaba de pie con todo el contenido de mi armario esparcido por el suelo y la cama, mientras él me informaba de cómo me había preparado una cita.

Vale que sólo es un café, pero si va bien esto podría convertirse en una cena.

"No dirás eso cuando esta noche estés hasta las pelotas de tu nuevo novio". Me encogí, nunca había sido de las que se comprometen. No es que no quisiera una relación, es que nunca había encontrado a la persona adecuada.

"Bastante seguro de que seguiré odiándote", le dije a Niall, que se limitó a reír.

"Lo que tú digas, muchacho."

Antes de que pueda decirle nada más, cuelga el teléfono y me deja solo para decidir qué ponerme.

Al final me decido por una camiseta blanca lisa y unos vaqueros ajustados negros.

Termino de arreglarme y me dirijo a la puerta poniéndome mis vaqueros y una cazadora vaquera antes de salir del edificio.

Niall me dice que me dirija a la pequeña cafetería llamada The Beachwood Cafe. Una vez allí me dijo que tomara asiento en la tercera mesa frente a la puerta, junto a la ventana, y que esperara a un chico llamado Luke.

Cogí una taza de té y me dispuse a hacerlo, pero ya había un chico de pelo castaño y rizado sentado allí.

Me senté frente a él haciéndole dar un pequeño respingo, sobresaltado por mi presencia, pero no dijo nada.

Tras unos largos minutos de silencio, cedí. "Supongo que tú no eres Luke". El tipo enarcó una ceja pero negó con la cabeza.

"No, lo siento". Lo saludé con una sonrisa que él devolvió torpemente.

"Voy a deducir de eso que no eres Nick". Me reí y negué con la cabeza

"Louis" extendí mi mano y él la estrechó.

"Harry"

Charlamos durante unas cinco horas sin que Luke ni Nick hicieran acto de presencia.

Resultó que teníamos mucho en común, además del hecho de que a los dos nos habían dejado plantados en nuestras citas a ciegas.

"¿Quieres ir a comer?" Levantó una ceja.

"¿Quiero 'ir por comida'?". Puse los ojos en blanco y me sonrojé.

"Sí, ya sabes, cenar. Quiero decir que lo entiendo si no porque nos acabamos de conocer y todo eso así que..."

Harry se rió de mis divagaciones y no pude evitar notar los pequeños hoyuelos que asomaban en sus mejillas. "Claro que iré a cenar, pero yo elijo el lugar".

Acabamos comiendo una simple hamburguesa con papas fritas en un Nando's al final de la calle.

Estuvimos charlando durante horas, incluso después de comer. Al final, el encargado nos informó de que habían cerrado y teníamos que irnos.

Nos quedamos un momento mirando incómodos mi coche aparcado. La luz de la luna brillaba en su pelo, como un halo. Se mordía el labio con nerviosismo, lo cual era realmente excitante.

Sin pensarlo, me incliné hacia él y le di un pequeño beso en los labios. Se ruborizó antes de soltar una risita y sonreír.

Se inclinó hacia mí y me besó con más fuerza, empujándome contra el lateral del coche. Nos quedamos así durante lo que me pareció una eternidad, pero apenas unos segundos a la vez, antes de separarme sin aliento.