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''Tsu. ¿Te encuentras allí?''

...


Volví a tocar la puerta una vez más, sin embargo todavía no hubo respuesta. Sin importar cuantas veces haya golpeado y gritado para que abra, nunca hubo ningún sonido siquiera de respuesta.

Empecé a sentir inmensa preocupación, pensé en las mil posibilidades que puede estar pasando dentro de la habitación. No pude evitar pero volver a golpear más fuerte la puerta, gritar y volver a gritar por su nombre. 

''Tsu, abre la puerta, ¿si? Abre la puerta por favor..'' Volví a repetir.

Pese a todas las palabras de suplicas que salieron de mi boca, ninguno hizo efecto. Sin saber cuanto tiempo he pasado parado frente a la puerta, sentí como si el tiempo en aquel momento había parado. Como si en la casa ahora mismo, las únicas dos personas que seguían en el tiempo y en el espacio era yo y él.

''¿En serio vas a ser así?'' Me apoyé sobre la puerta. ''Voy a romper la puerta si no abres''

Incluso tratando de amenazarlo, no funcionó. El miedo se apoderaba de mi poco a poco, necesitaba escuchar una mínima respuesta, sin importar lo corto que fuera, vótame, insúltame, grítame  y di lo que quieras. Dame una señal por favor.

[No pude soportarlo más.]

Apliqué más fuerza sobre la manilla de la puerta y usé toda la fuerza de mi cuerpo para empujarla hasta que la puerta por fin se abrió.

''Tsukasa'' Lo llamé.

Me quedé parado sin decir nada mientras veía a Tsukasa abrazándose a sí mismo en el rincón de la habitación.

La habitación era un desastre. Todos los objetos tirados sobre, como si el orden y la prolijidad fueran un concepto que no se había Inventado aún. Los libros y papeles estaban esparcidos en todas direcciones, y todos los demás objetos de la habitación, desde el escritorio hasta los armarios, estaban desordenados y sin arreglar. Todo estaba desordenado y caótico, sin trazos de orden o sentido.

Todo oscuro, todo se encontraba en la penumbra, con la única fuente de luz viniendo de la puerta abierta. La oscuridad cubría cada rincón del cuarto, y el aire era denso y pesado. Desde la puerta, la luz prendida de la sala entraba a la habitación, pero la oscuridad no permitía que se extendiera mucho más allá. La puerta no solo era la fuente de luz, sino también la puerta al mundo exterior y a la luz que el interior estaba desesperado por ver.

Él no dijo nada, no me dio ni la mínima mirada y seguía con la cabeza agachada entre sus rodillas. Me acerqué a él y me agaché a su altura, puse mi mano sobre su hombro. Sentí como su cuerpo temblaba, escuché sus fuertes respiraciones agitadas.

''Estoy aquí, Tsu''

[Él siguió sin responder.]

Dejé  la mano en la cual reposaba sobre su hombro y agarré de su mano en cambio,  sujetándola con mucho cuidado para no incomodarlo o hacer cualquier tipo de acción que lo incomode.

En cuanto nuestras manos se entrelazaron, él sujetó la mía aún más fuerte, y pude sentir cómo su mano temblaba mientras se aferraba a la mía como si estuviera buscando consuelo. Como si  intentase sacar coraje de mí, desesperadamente.

Me quedé sin palabras, sin saber cómo responder. No sabía cuál era la mejor manera de hacerlo sentir mejor, y me sentía terrible por eso. 

''No es tu culpa.''

Tenía muchas ganas de decirle eso. Que todo iba a estar bien, ganas de abrazarlo y susurrarle bonitas palabras para que supiera que no estaba solo. Pero ninguna palabra salía de mi boca, paralizado ante tanto sentimiento. Solo sabía que estaba ahí para él.

Mi único y única estrella : RuikasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora