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- N..no soy tuya S..sam - Dices torpemente por los nervios al cien qué tienes -

Sam da pequeños pasos hacia ti, en su mirada puedo ver Enojo, coraje y seriedad, su mandíbula se tensa hasta que parece que en cualquier momento va reventar, sus manos las aprieta haciendo que sus nudillos se vean blancos

- Repite lo que acabas de decir - Dice de una forma bastante sería que nunca había visto en mi vida -

Mierda, esto no va a acabar bien...

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SAM
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Camine pequeños pasos hasta quedar pocos centímetros para que nuestros cuerpos estén juntos, podia ver en su rostro miedo y nerviosismo, ella no decía nada, por lo que me cabreaba más

- Repite lo que dijiste - Repetí esta ves un poco más calmado -

Ella acomoda su postura para no parecer nerviosa, a lo que no le sirve por que lo puedo ver perfectamente

- N..no soy tuya - Dijo queriendo sonar firme y dura, pero no le sirvió -

Solte una carcajada por su acción, ella me miró confusa con el ceño fruncido. Deje de reír y la mire, ella miro la puerta del baño, pensando en salir, a la que yo tome con una mano sus dos mejillas apretandolas para que me mirara

- Escuchame bien Isabella - ella movía su cabeza queriendo zafarse - No te muevas - Hable entre dientes apretando con más fuerza sus mejillas, soltando un quejido de su parte -

- Escuchame bien Isabella, tu eres mía - Dije en un susurro, haciendo que mi voz se oiga ronca - Lo entiendes? - acerque más mi rostro a ella -

- No lo voy a entender - Dijo con dificultad por el agarre qué tenía en sus mejillas - Y sabes que otra cosa no entiendo - preguntó con seriedad -

- Qué? - Respondí frustrado -

- Tu comportamiento - Dijo mirándome de arriba a abajo - Te comportas como si estuvieras obsesionado conmigo -

Y la verdad es que tiene razón, si estoy obsesionado con ella. Desde hace unos años desde que empezamos a ser amigos ella me gustaba, pero después de un tiempo sentí algo diferente con ella, sentía que la quería solo para mi, que solo me mirara a mi y no a otros imbéciles. Algo que ella no sabe, es que con los chicos que ella salía o pasaba ratos con ella, les daba su merecido golpeandolos hasta quedar inconscientes, pero no al punto de matarlos, o simplemente los amenazaba con que no se acercaran más a lo que es mío, ella no entendía por que los chicos ya no le volvían a hablar o a buscar, a lo que solo yo le decía que la querían solo para un rato, qué no merece ese tipo de chicos. Pero en realidad, es para que no acercaran a Isabella, a MI Isabella

Pero tenia que disimularlo para no asustarla, como lo está ahora, pero ya no me quedaré callado, ella es mía y será siempre mía

- Pues no te equivocas cariño - Reí, acariciando su brazo con mi otra mano - Me empezaste a gustar unos meses después de ser amigos, y después de un tiempo sentí una obsesión contigo, así que... - baje mi mano a su cintura rodeandola, para después jalarla hacia mi pegando nuestros cuerpos - Se pudiera decir que si lo estoy - Dije con una enorme sonrisa -

Podía sentir que ella estaba tensa ante nuestra cercania, miraba su rostro hermoso, se veía asustada y a la vez confundida, supongo que aún procesando todo lo que le acabo de decir, reí ante mis pensamientos

- Estas demente - Dijo con lo que pudo aver sido... Enojo?, no pude evitar reír -

-Pues puede que si, no lo niego - Quito mi mano de sus mejillas qué aun estaban apretandolas y las dirijo a su cintura para enrollar ambos brazos en ella - Pero tu eres la causante de que sea así - Sonrió y ella frunce el ceño -

- No - Niega con la cabeza - Yo no tengo que ver en nada, de que estés... - hizo una pausa, yo solo la mire con las cejas alzadas esperando a que terminara su frase - Estés obsesionado conmigo - Finalizó con un suspiro -

Reí con la mirada hacia abajo, me quedé callado unos segundos haciendo que solo se escuchara su respiración agitada en todo el baño, levante mi mirada hacia ella con una cara seria

- Ajam si lo que tú digas - Dije con un tono de juego -

La tome de ambos codos empujandola hacia la pared poniéndome enfrente de ella para que no tenga escapatoria, saliendo un quejido de su hermosa boca

- Ahora escuchame bien - Hable en un tono demandante - Saldré ahora de este baño y iré al estacionamiento donde esta mi auto... Y tu... - Toque su pecho con mi dedo índice, a lo que ella pego un brinco ante mi toque - Saldrás de este maldito lugar, le dirás a tu amiguito qué tienes que irte a tu casa urgentemente - Ella me miró sin entender nada - Y después irás al estacionamiento, donde te estaré esperando, más te vale que hagas lo que digo, eh Isabella - Acaricie su brazo mirándola desafiante -

Quite mis manos de sus brazos y me aleje un poco de ella caminando pasos pequeños hacia atrás

- Pero... - Ella penso un poco - Qué le diré a Raúl? - Pregunta algo nerviosa -

- No me importa que le vayas a decir a ese imbesil - hice una expresión de asco - Pero no le vayas a decir nada de esto - Le apunte con el dedo, esta solo asintió -

Me acerque a ella y tome su rostro con mis dos manos, le miraba el rostro detenidamente, era hermosa. Junte nuestros labios besando sus hermosos y apetecibles labios, ella no me seguía el beso, pero era lo que menos me importaba ahora, después lo hará sea por las buenas o por las malas. Me separe lentamente de sus labios, mirando su rostro acariciando su mejilla, una sonrisa se formó en mi rostro, ella es mía y de nadie más

- Más te vale que hagas lo que te estoy ordenando, Entiendes? - Pregunte y ella asintió con la cabeza repetidas veces - No quiero castigarte tan pronto - Dije con una sonrisa, ella solo trago en seco a lo que había dicho -

Finalize con un beso rápido y di la vuelta para salir de aquel baño, no sin antes darle una última mirada, se veía con miedo y pensativa, le sonreí y cerré la puerta del baño público

Salí de aquel local sin que me vea ese tal Raúl, para que no haiga sospechas, se veía preocupado mirando si Isabella salía del baño, me imagino que esta pensando que lo dejo plantado y se fue de ahí, o algo así yo qué se. Sonreí ante mi pensamiento

Ya saliendo de la plaza me dirigí al estacionamiento donde esperaría a mi Isabella, me recargue en el auto cruzandome de brazos mirando la salida de la plaza para ver si ella sale de ahí

Espero que haga lo que le digo y no le diga nada a ese imbesil, por que no sabe de lo que soy capaz

(...)



MÁS QUE UNA OBSESIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora