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YoonGi gimió bajito, sus manos se sostenían de los cabellos de sus alfas, mientras ambos se dedicaban a llenar su cuerpo con caricias y besos que lograban llenarlo de satisfacción. Kim le lamía el cuello dejando mordiscos suaves, mientras sus largos dedos se balanceaban con cuidado dentro y fuera de su lubricado agujero; y Jeon por su parte jugueteaba su tetilla con ayuda de sus labios en lo que su mano envolvía su miembro.

— Más... rápido, rápido — murmuró, deslizando su mano derecha por la nuca de TaeHyung hasta llegar a su hombro y sostenerse con firmeza, su otra mano enredándose en los cabellos oscuros de JeongGuk.

El peligris fue quien obedeció primero, apartándose de su cuello para alzarse un poco con tal de ver el rostro del omega, al mismo tiempo que sus dedos intensificaban el movimiento entre sus glúteos, creando ese chapoteo húmedo obsceno cuando su palma chocaba contra la piel. YoonGi se retorció, ojos apretados y cejas fruncidas, labios entreabiertos que dejaban salir jadeos excitados y un par de lloriqueos. Sonido que fue alzándose cuando JeongGuk también movió la mano que tenía sostenido su miembro al mismo ritmo que los dedos del alfa mayor, aumentando la intensidad del placer. No faltó mucho para que YoonGi arqueara la espalda, sus costillas marcándose debido al movimiento y sus piernas cerrándose involuntariamente aplastando la mano de TaeHyung con sus muslos, la blanca esencia de su orgasmo manchándole el abdomen.

TaeHyung retiró su mano con cuidado, sosteniéndose con un codo sin quitar sus ojos del rostro enrojecido y perlado por el sudor de su hyung, y JeongGuk lo imitó después, ambos cachorritos sonriendo ante la bonita sonrisa cansina pero genuina que se dibujó en los labios de su omega. Se veía relajado, una expresión cómoda y feliz, aromas más suaves.

— Abrazo — YoonGi no necesitó decir más para atraer a ambos cachorros, quienes acomodaron sus cabezas en cada respectivo hueco entre sus hombros y el cuello, con los dedos de Min acariciando sus cabellos. El menudo cuerpo del omega fue protegido entre los brazos de sus alfas, llenándole de aquella calidez agradable —. Gracias por estar aquí, chicos...

— Estaremos siempre para ti, ¿verdad JeongGukie?

El aludido asintió feliz, alzándose también cuando vio a TaeHyung acercarse, hasta que sus labios se encontraron en un beso corto.

— Oww, yo quiero también ~

El omega pidió en un murmuro mimoso, acunando el rostro de TaeHyung para acercarlo, recibiendo gustoso un besito en su boca, antes de que JeongGuk los apartara y se adueñara del hyung. El omega estuvo contento, sonriéndoles de aquella manera bonita que llenaba sus pechos de tenura, antes de darle la espalda al peligris para abrazarse al torso del alfa menor. Ni siquiera le importó estar desnudo, obligó a TaeHyung a abrazarlo de igual modo desde atrás, casi ronroneando por la comodidad que había al estar de ese modo. Restregó su mejilla contra el firme pecho de Jeon, tentando un poco a Kim cuando movió sus descubiertos glúteos sobre la delgada tela de la ropa interior.

Ambos alfas solo llevaban eso, la ropa interior fue lo único que el omega permitió que se volvieran a poner, aunque él mismo permaneció desnudo porque: "es cómodo así, me gusta sentirlos de este modo" así que simplemente no pudieron hacer mucho, no querían contradecirlo, además de que cuando intentaron que se cubriera, YoonGi había hecho una rabieta.

Y había tenido razón, el abrazo sándwich se sentía mejor de ese modo.





— Oh joder, estoy agotado — TaeHyung se quejó mientras masajeaba su cuello. Ambos alfas se había logrado escapar un momento cuando el omega se quedó dormido de nuevo, así que aprovecharon para estirar las piernas y buscar algo refrescante para su garganta después de esos dos días siendo prisioneros del hyung.

JeongGuk se limitó a abrir la nevera y sacar la jarra de agua helada, sirviendo en los vasos de plástico que TaeHyung le pasó. La casa del omega estaba vacía a excepción de ellos tres, debido a que era horario de trabajo de los señores Min-Park, con JiMin todavía en casa de SeokJin, por lo que podían pasearse con libertad al menos en esas horas. Tenían suerte de que era fin de semana y que el celo esté llegando a su fin, ya que ese día, sábado, venía siendo el tercero desde el jueves por la tarde cuando llegó. Mañana, domingo, YoonGi estaría más cuerdo y menos caliente, por lo que sería un día más tranquilo. O al menos eso esperaban.

Quizás no habían llegado más allá de felaciones y besos negros, caricias y besos subidos de tono, pero estaban demasiado agotados y adoloridos porque el omega que yacía durmiendo en la habitación podía ponerse demasiado mandón y hasta un poco berrinchudo. Si alguno decidía salir de la cama aunque sea un segundo, yoonGi haría una rabieta pequeña y después prácticamente usaría el cuerpo del alfa como si fuera un muñeco sexual hasta quedar satisfecho. Y en realidad no se quejaban, era hasta divertida la manera en que el bonito rostro de su hyung se arrugaba en enojo y se abalanzaba contra ellos para morder y restregarse. Pero no por ello era menos cansado.

— Uh, eso se ve doloroso — JeongGuk recorrió con un dedo las líneas chuecas de los arañazos en la espalda del peligris, quien se retorció un poco porque sí que había sido doloroso.

— Diablos, no toques — se quejó, escuchándole reír —. Tú tampoco te ves mejor, te dejó marcas por todo el pecho.

— Creo que le gustó marcar territorio — TaeHyung se rió por el comentario, ambos alfas más relajados —. Esto fue con solo mimos, no quiero saber cómo quedaríamos si hubiera sexo...

TaeHyung hizo una mueca, dándole la razón. Porque en serio que habían quedado llenos de rasguños y chupetones por casi todas partes siendo que nunca hubo penetración como tal, YoonGi exigía mimos como un cachorro berrinchudo, y cuando quería más que solo caricias y besitos, él mismo se encargaba de buscarlo. Ambos no hacían nada, dejaban que el omega succionara sus pieles y mordisqueara, con sus glúteos desnudos restregándose en sus miembros en busca de contacto, sin llegar a introducirlos.

— Uno de nosotros... — TaeHyung rascó su nuca nervioso, de pronto tímido — ya sabes... uno de nosotros tendrá que... uhm...

— Ceder el control... — Jeon completó, ambos alfas mirándose — uno de nosotros se volverá delta.

— ¿Estarías bien si llegas a ser tú? Porque honestamente tengo un poco de recelo sobre eso, mi alfa no quiere dar fácilmente el control.

— El mío tampoco — suspiró, apoyando ambas manos abiertas sobre la madera de la mesa redonda —. Supongo que... se decidirá en la pelea.

TaeHyung asintió, sabiéndolo. En una situación como esa, ambos alfas se enfrentarán en una lucha por el poder hasta que uno de los dos cede, luego será un delta. Y honestamente, daba miedo; el lobo del alfa se verá suprimido, no en su totalidad, pero perderá rango. El aroma bajará pero seguirá ahí, los sentidos subdesarrollados disminuirán hasta llegar a ser como los betas (que son igual de buenos). De algún modo será como un beta con cualidades de alfa que permanecerán; eso claro, sería lo que sucedería si llegara a haber una marca. De lo contrario y fuera solo sexo, su alfa obtendría dándole cierta sumisión, pero no dejará su rango. O por lo menos eso es lo que han escuchado; nunca han conocido a ningún alfa que haya pasado a ser delta, por lo que no tienen experiencias que podrían serles como referencia, por lo que será totalmente nuevo para ellos. ¿Habrá dolor? ¿Realmente sus lobos los rechazarán?

Complicado.

— Suerte — TaeHyung le deseó, ofreciéndole la mano para estrecharla, a lo que JeongGuk le dio un apretón firme.

— Que el mejor alfa gane.

Con un asentimiento de cabeza, ambos aceptaron lo que podría llegar a pasar una vez regresen a la habitación.

Cappuccino candy ♯ taekookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora