El Alfa de las tres etapas. [Ambrosius X Ballister] Au ABO. One shot.

El Alfa de las tres etapas.

Ballister se encontraba cruzando el pasillo en dirección a su dormitorio. El entrenamiento había sido cancelado y no tenía motivo alguno para seguir dando vueltas en el campo y tener de soportar las bromas pesadas de Todd y sus amigos.

Mientras caminaba iba saludando a varios chicos con los que había podido manejar una conversación normal en el pasado. Ballister no era muy sociable, y la mayoría de sus conocidos entraron a su círculo social gracias a Ambrosius, quien usualmente lo incluía en sus conversaciones y salidas grupales externas.

—Ball, ¡por acá!

A lo lejos, —Edwin—, uno de los amigos de Ambrosius, movía con brusquedad su muñeca, doblándolo en movimientos de atrás hacia delante. Se mostraba aliviado en verlo. Ballister vio como su mirada cambiada de su persona al interior del salón de clases.

—¿Que ha ocurrido?— preguntó al llegar.

Edwin solo señaló la puerta entre abierta. Ballister dedujo el resto notando las extrañas expresiones de algunos de sus compañeros omegas que pasaban por el pasillo. Cuando Ballister entró, notó el espeso olor a manzanilla que cubría toda la habitación. Un suave aroma con pequeños rastros de madera que podía incomodar a los demás alfas y omegas. Ballister se acercó y se sentó a un lado de Ambrosius, se mantuvo callado mirando como Ambrosius seguía centrado escribiendo algo en su libro. Cuando terminó, sonrió orgullo mostrando a sí mismo todas las notas que escribió sobre las hojas amarillentas de su libro de texto.

El celo del alfa había llegado antes.

—Creo que es mejor salir y dejar ventilar la sala, tus compañeros están esperando.

Ambrosius dejó su libro sobre el escritorio y miró a Ballister, no tratando de cubrir su enorme sonrisa en cuanto lo vio. Ballister se encontró feliz de ser él quien sea el receptor de aquella dulce mirada que Ambrosius le estaba dando.

—¿Podemos ignorarlos? Dijeron que apestaba y comenzaron a decir a todo el mundo que salieran. Supongo que su plan fue obligarme a salir, pero no quiero darles el gusto.

Ballister pasó sus manos sobre la espalda de Ambrosius mientras este último acomodaba su cabeza para descansar en el espacio cálido y familiar que estaba entre la cabeza y el cuello de su amante. Ballister empezó a jugar con los mechones de su cabello, moviéndolos y ensanchándolos con ayuda de sus dedos. Ambrosius se acercó más al cuerpo contrario no queriendo perder esa calidez qué encontraba en el abrazo.

—Bien, suficiente— dijo Ballister, retrocediendo, obligando a Ambrosius a desapegarse de él.

—Pero me dijeron apestoso, no le des el gusto.

Ballister no se contuvo ante la tierna mirada lastimera de Ambrosius y terminó besando sus labios, solo se detuvo cuando notó las intenciones del otro de querer profundizar el beso, rompiendo la conexión de sus labios mordiendo la lengua qué ya estaba entrando en su boca.

Ballister entonces agarró la mano de Ambrosius y lo obligó a salir de la sala. Estaba seguro que varios de los chicos que estaban a la espera de utilizar el salón de clases los vieron besarse. Ballister pasó frente a todos algo avergonzado, Ambrosius no tuvo tiempo de realizar movimientos groseros con su mano libre hacia los demás mientas lucia complacido ante el fuerte apretón de manos frente suyo.

Ambrosius esperó estar alejado de los demás chicos, retrocediendo su vista hasta perder rastros de ellos y luego se abalanzó sobre Ballister queriendo cubrir todo su cuerpo con el suyo. Usó sus dos brazos para cubrir la cintura de su pareja, comenzando a repartir besos castos por toda la zona posterior del cuello.

—Te amo tanto.

La respuesta de Ballister ante su confesión fue aceptar las feromonas de Ambrosius, dejando escapar parte de las suyas para que ambos se mezclaran en el aire.