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D&E
De apariencias.
Si pero no.
¡Corte!
Sonreí en cuanto di por finalizada la trasmicion en vivo de IG. Tome mi teléfono y me levante. Acepte la chaqueta que mi mánager me ofreció y mire la hora:
3 am.
Mire la madrugada por la ventana y a mi alrededor el departamento amueblado y hermoso. "Mi departamento"
-¿Vamos?-escucho que me dice mi mánager. Asiento y lo sigo en silencio. Sonrió divertido cuando él me mira por sobre su hombro. Llevamos haciendo esto por años y aun así me seguía sintiendo como un niño haciendo una travesura, el corazón latiendome de adrenalina por ser atrapado.
El camino a casa era largo. Me recosté en el asiento de atrás, intentando no caer dormido. Me coloque los audífonos y puse a Bruno Mars. Mire las calle vacías y silenciosas, pasando el tranquilo Rio Han y adentrándonos a la naturaleza.
A veces lo odiaba pero siempre lo entendía. Esto era lo mejor para ambos y para el grupo. Pero eso no significara que nos gustara. Simplemente era lo mejor.
Me despedí de mi mánager y camine por el sendero tranquilo rodeado de naturaleza hasta la entrada de casa. En la penumbra de la noche y de la casa, entre lo más silencioso que podía para no despertar a nadie. Subí los escalones con cansancio, arrastrando los pies por el pasillo hasta mi habitación. Abrí despacio y apreté mis labios para no hacer nada de ruido. Mire bajo la oscuridad el cuerpo que dormía tranquilamente en la cama matrimonial que se encontraba en medio de la habitación.
Camine lentamente hasta el baño para darme una ducha rápida. El sueño me estaba venciendo. Pero logre ponerme mis calzoncillos, lavarme los dientes y ponerme mi crema nocturna, arrastre de nuevo los pies hasta la habitación. Mire el reloj en la mesilla de noche a su lado; 04:30 am.
Suspire, caminando a mi lado de la cama. Y lo mire una vez más antes de entrar en las cobijas. Sonreí enternecido al verlo tan hermoso, tan tranquilo y sus brazos abrazando mi almohada, tratando de hacer el menor movimiento posible le quite la almohada para sustituirlo por mi cuerpo que anhelaba su calor. Rápidamente fui arropado por sus brazos y mire de reojo a sus deliciosos labios hinchados murmurar algo inentendible. Me reí bajito, pegándome más a su cuerpo. Ya adormilado le susurre un "Te amo". Me rendí al sueño.
