🦇🩷

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Hoy es un día especial para Paul; chico pelinaranja, alto, de tes blanca, y risueño.
Hoy es su primer día en la universidad. Paul tiene varios sentimiento ante esto; miedo, felicidad, emoción, preocupación, entre otras.
Eso no evitará que sea un buen día para él.

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Sonaba la alarma repetidamente, llevaba 10 minutos así, pero eso no le hacía despertar a él chico pelinaranja.
La alarma al estar vibrando calló ante el suelo. Esto hizó despertar a Paul.

-Maldición, ¿qué hora es? - se preguntaba con angustia.

Paul levanto la alarma y dio un salto al ver la hora.

-¡Demonios, voy a llegar tarde!

Él chico de tes blanca se levantó rápido. Se puso lo primero que encontró; una camisa de rayas rojas y un pantalón de mezclilla simple, no dio ni tiempo para aunque sea cepillarse el cabello.

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De suerte Paul llegó a tiempo a su primera clase.
Antes de ello le dio un medio ojo a su alrededor, aunque era publica tal universida, era bastante linda, tenía de todo; alberca, cancha de fútbol, varias tiendas de comida rápida, entre más.

Paul se encontraba en su primera clase, fue nefasta ya que tal profesor era un rompe cocos. Mayormente se pasaba cabezeando. Pasó por su mente que sería buena idea leer su libro favorito. Esa acción no la pudo completar porque aquel libro había sido olvidado en su casa. Fastidiado ante esto tuvo que soportar al maestro.

Cuando Paul salió de la clase, se sintió aliviado, aunque dio pasos rápidos por llegar más temprano y puntual a su siguiente clase.

Por ir rápido se le fue cruzado un chico de tez blanca, pecoso en ambas mejillas, peliazul de lentes amarillentos, que vestía algo extrabagante. Con el cual tuvo un impacto qué hizó caer a ambos al suelo.

-¡Fijate por donde vas, idiota!- Paul le rechistaba.

Al ver al chico que se le hacía enfrente silencio su voz. Se le había parecido alguien tan atractivo, fue amor a primera vista.

-¡Lo siento! ¡Fue un accidente! - contestaba el chico pecoso.

-No te disculpes, disculpame tú a mí. No debí gritarte. Dejame ayudarte a levantar tus cosas.

-Gracias. - respondió con una sonrisa tallada en su rostro.

Paul levantaba las cosas, entre papeles, libros, cartas. Su vista fue llamada por un libro "El gran arte de que te importe un carajo" uno de los libros favoritos de Paul.

-Dios, ¿te gusta esta clase de libros?- preguntaba Paul

-Pues la verdad me llamó la atención el libro por un video, pero se podría decir que si- respondió el chico peliazul.

-Oye, me encantan tus lentes.

Paul le dirigió una sonrisa. Tal chico le respondió con otra. Este acto provocó a Paul un sonrojo.

-Bueno, me tengo que ir. Cuidate- Decía Paul yéndose con una risa nerviosa. Se despedía con una agitación de mano.

El de pelo azul hizó el mismo gesto y se fue por su lado.

Yo no estoy enamorado tuyo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora