-PRÓLOGO-

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Su cuerpo le empezaba a fallar, poco a poco se sentía más y más débil, sus piernas le fallaron, ya no sentía sus brazos y solamente se dejó caer encima de aquel suelo tan frío. No sentía dolor, no tendría por qué sentirlo y nadie tendría que sentir dolor por él, no tendrían por qué sentirlo.

Su respiración era lenta y espesa, su vista estaba nublada y lo único que podía escuchar era un pitido, un pitido que hacía que cualquier otro sonido sea complicado de oír o de distinguir .

Sabía que algún día llegaría este momento, este choque de valentía para poder acabar, al fin, con todo.

Primer pestañeo

No es consciente de lo que pasa a su alrededor, la vista casi nula solo le permite divisar a una persona.

- Julián! - gritaba asustado, cosa que el contrario casi no podía entender

Todo parecía moverse en cámara lenta, su respiración cada vez era más lenta y sentía ahogarse como si poco a poco se quedara sin aire.

- Julián! Porfavor - seguía gritando.

No podía reconocer la voz de la persona que estaba con él y cada vez su vista era más y más oscura.

Segundo pestañeo

Podía jurar que el pitido en sus oídos se escuchaba cada vez más fuerte dificultando entender lo que decía aquella persona.

- Contesten!! - gritaba desesperado - Mierda!

Ya agitado y con algo de dificultad, el castaño pudo inclinar un poco su cabeza para intentar observar algo.

Sangre

Lo único que pudo ver era un charco de sangre, su sangre esparcida por el piso e inclinando un poco más pudo observar las manos de aquella persona, estaban rojas suponiendo que, de igual manera ,era sangre.

No entendía nada.

Cada vez se sentía aún más débil que antes, su respiración era espesa y sus párpados se sentían pesados.

- Julián, quédate conmigo.

Tercer pestañeo

Lo recibió una fuerte luz roja y el fuerte sonido de lo que supone es una sirena.

Había más personas a su alrededor, no entendía nada. Su subconsciente le estaba fallando.

Seguía viendo a aquella persona que no podía reconocer. Ya no se sentía tan débil como antes y pudo distinguir un pequeño calorcito envolver su mano.

- Te pondrás bien.

Distinguió una voz entra las tantas que habían sin saber de quién provenía.

Cuarto pestañeo

Ahora fue recibido por una luz extremadamente blanca, que opacaba su visión, y con muchas más personas a su alrededor.

Aquella persona, no entendía porque, pero seguía ahí, seguía con él. Gracias a la pequeña sombra que produjo aquella persona al acercarse pudo enfocar su vista.

- Aguanta un poco más.

Al instante no reconoció quien era, trataba de hacer memoria, todo su esfuerzo se fue en lograr descifrar quien era aquella persona.

No fue hasta que aquella persona ya no lo seguía, lo habían detenido antes de atravesar unas puertas.

- Enzo....

Dijo en un susurro que probablemente nadie podría entender y aquellas puertas se cerraron, dejando detrás de ellas a aquel morocho que no podía pensar en otra cosa que no sea que es lo que sucederá con el castaño.

Quinto pestañeo

No volvió a abrir los ojos....

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- 1.... 2.... 3.... Ya! - daba órdenes el doctor para que enciendan el desfibrilador.

- No hay pulso - decía la enfermera viendo aquella pantalla donde se mostraban los cambios a cada descarga.

Así siguieron unas 2 veces más, sin ningún resultado y esta era la tercera vez que lo intentaban.

- Aún nada, doctor - y efectivamente en la pantalla no había nada ni una pequeña pizca de esperanza.

Probablemente un final trágico para un chico tan joven...




Tied Together with a Smile || Enzo & Julián Donde viven las historias. Descúbrelo ahora