En el rincón oscuro de los días grises,
se ocultan tristes cumpleaños sin luces,
silenciados suspiros de niños y adolescentes,
que pasan mal y nadie habla en sus paredes.
Esos aniversarios sin risas ni festejos,
enmascarados tras velos de despechos,
donde los sueños se desvanecen en sombras,
y el corazón se llena de tristezas que asombran.
Los ojos lloran en silencio y tristeza,
anhelando una tímida palabra de nobleza,
un abrazo cálido que alivie la pesadumbre,
en estos cumpleaños que solo tienen hambre.
Las velas se apagan sin que nadie las vea,
las canciones ausentes, la alegría se aleja,
y los pasteles se marchitan en su soledad,
mientras el mundo sigue sin reparar en su amor.
Abracemos con ternura sus corazones quebrados,
iluminemos sus días, dejemos atrás los pecados,
para que los tristes cumpleaños no sean olvidados,
y los chicos encuentren sus regalos anhelados.
