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Camine junto a Armin por los pasillos de la universidad, sin saber exactamente a dónde íbamos ni por qué me había llamado

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Camine junto a Armin por los pasillos de la universidad, sin saber exactamente a dónde íbamos ni por qué me había llamado. Mi corazón aún latía un poco más rápido de lo normal, no porque fuera Armin, sino porque las miradas de las personas me habían dejado nerviosa.

Bueno... tal vez sí era por Armin.

Finalmente, Armin se detuvo en un área más tranquila, lejos del bullicio de los estudiantes.

—¿Todo bien? —pregunté, esforzándome por sonar indiferente.

Asintió, pero su expresión era seria, como si estuviera pensando con cuidado en lo que iba a decir.

—No tenía un motivo específico para llamarte —dijo finalmente—. Solo... quería hablar contigo.

Parpadeé, sorprendida por su sinceridad.

—¿Hablar?

Asintió con una leve sonrisa, aunque parecía un poco avergonzado.

—Sí, no sé... Me siento cómodo cuando hablo contigo.

Mi corazón dio un pequeño brinco.

No esperaba eso.

Me quedé en silencio por un momento, intentando procesar sus palabras.

Armin me miraba con tranquilidad, sin esperar nada en particular de mi respuesta. Como si simplemente estuviera diciendo lo que sentía sin preocuparse demasiado por mi reacción.

Y, sin embargo, yo sí sentía algo.

Un ligero calor subió a mi rostro, y por alguna razón, tuve que apartar la mirada.

—Oh... Bueno, supongo que eso es bueno —murmuré, sintiéndome extrañamente torpe.

—Lo es —respondió él, con un tono cálido que hizo que apretara los labios para no sonreír demasiado.

Por un momento, me quedé sin saber qué decir.

—Ayer... cuando estabas con tus amigos y llegaron los del equipo, te vi.

Dijo sin más, un escalofrío recorrió mi espalda.

—¿Sí?

—Sí. —Vaciló un momento—. Parecías incómoda cuando viste a ese tipo.

Mi garganta se secó de inmediato. ¿Tan obvia había sido?

Intenté no tensarme demasiado, pero mi cuerpo traicionó mi intento de indiferencia.

—¿Porco? —pregunté con la voz más neutral que pude.

Asintió.

—No quise preguntar delante de los demás, pero... ¿estás bien?

Parpadeé, sorprendida.

No esperaba esa pregunta. No esperaba que él lo notara, mucho menos que le importara. Pero allí estaba, mirándome con esos ojos azules llenos de genuina preocupación, esperando mi respuesta.

Your Eyes || Armin x Reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora