Capitulo 21: Un mal sueño

680 124 35
                                    


En un pasillo largo y ancho con poca luz, se podia escuchar el sonido bajo de mis pasos casi silenciosos tocando el piso helado. No recuerdo donde estaba ni por qué, solo sabía que tenía que seguir caminando.

Caminando, caminando, caminando.

Estaba tan oscuro y frío. 

Demasiado frio, hasta el punto de que me salia humo por la nariz cada vez que respiraba, sin excepción, abrazo mi cuerpo. Trato de calentarlo de alguna manera. florar, puedo escuchar a alguien llorar.

—No....— se escucha la voz de un niño, tan pequeña y defectuosa, era familiar. 

Empiezo a mirar a mi alrededor, tratando de ver a alguien pero solo encuentro vacío. 

—Por favor no…—

—¿Dónde estás? — pregunto en voz alta, esperando que el niño me escuche donde quiera que esté

—¡Vete! — grita tan fuerte que me hace saltar en el lugar, sobresaltado por el grito repentino. iNo me toques! iVete!

Mis ojos se abren como platos, mi mente repasando lo que estaba sucediendo

—¡¿Dónde estás?! — grito, comenzando a correr por ese interminable pasillo sin puertas oscuro y húmedo.

—¡No! iNo! — gritó la voz fina, que a lo largo de los "no" se me hace más espesa y se me hace aún más familiar. 

No…

—No puede ser.. Aléjate de mí. Déjame en paz. 

— ¡JiMin! — grito asustado, corriendo más rápido tras esa voz. 

El corredor nunca terminaba. Aquél no tenía fin.

Con cada paso que daba, una angustia crecia en mi corazón, asfixiándome

—Por favor.— suplica, pareciendo perder las fuerzas.— Y-yo no...N-no…—

—¡¿Dónde estás?! iJiMin! — corro con más desesperación. 

El llanto aumentaba con cada segundo más alto. Más gritos, Hasta entonces vino el silencio ensordecedor.

Se había callado. No dijo nada más. Él se rindió.

~•.♡.•~


Saltó sobre la cama rápidamente, tomando varias respiraciones profundas y tratando de controlar mi respiración. 

Miro a la ventana de mi dormitorio, teniendo la noción de que aún amanece cuando veo el cielo oscuro. Mi corazón latia demasiado rápido y mi cuerpo estaba sudoroso como si hubiera corrido varias cuadras enteras sin parar. 

Miro al techo mientras me acuesto en la cama, reproduciendo esa pesadilla en mi cabeza sin querer. 

Era la segunda vez que soñaba lo mismo. Siempre lo mismo. Siempre la misma desesperación. 

La primera vez que esto sucedió fue el martes, después del día en que JiMin y yo tuvimos sexo en la oficina. El día que una simple canción lo conmovió, y solo horas después me di cuenta que a mí también me conmovió más de lo esperado.

No tenía idea de lo que significaba ese sueño, y le tenía un poco de miedo. Era siempre y sólo la voz de JiMin pidiéndo que no lo tocara, que lo dejara en paz. 

¿Por qué? No tengo idea. Nunca pude ayudarlo en sus sueños, para mi total desesperación.

Incluso si corría lo más rápido que podía, el corredor nunca terminaba y su voz parecía disminuir, rindiéndose y desvaneciéndose lentamente. 

Cincuenta Sombras Azules [BDSM] • En Emisión •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora