1 de febrero del 2036.
El cumpleaños n°16 de mi sobrina se estaba realizando en el quincho enorme de la quinta de mis viejos, del cual mi cuñada no estaba muy de acuerdo, pero mi hermano es un consentidor compulsivo y Nina parpadeo dos veces para que Lautaro sacara de la billetera un fangote de guita para que mi Nina tuviera el cumpleaños de 16 que ella quería. Nada que ningún padre hubiera hecho en su lugar.
Los amigos de Nina llegaban, no eran muchos, pero los apellidos pesaban. Martínez, Messi y Fernández eran los principales que se escuchaban entre el montón. Romero, De Paul, Agüero, Gómez y Molina estaban por otro lado, los macanas más grandes. Mientras la música se subía y mi sobrina empezaba a tomar confianza en la pista, aparecía la persona que desde un principio yo supe que iba a ser un problema; Octavio Dybala, el hijo de Paulo.
A diferencia de los hijos de mis amigos, el hijo de Paulo se convirtió en corredor de Formula 2, y la verdad que no le va nada mal. El tema es el ego que tenía para ser tan chico.
—Feliz cumpleaños, Nina—Octavio abrazó a Nina con fuerza y esta quedó descolocada por el perfume que tenía puesto—, perdón que no te traje nada. Hasta hace 15 minutos no sabía si iba a venir, pasa que los Leclerc me habían invitado a pasar el fin de semana en Mónaco, pero mi viejo...
Y como les dije, es un vanidoso. Hasta me aburrí de escucharlo.
—Sí Octa, no pasa nada. Gracias por venir—A Nina le dolió que Octavio no tuvo en cuenta sus planes antes de cualquier otra cosa, se conocían hacía muchos años.
En el momento que la olla a presión del hijo bastardo de Paulo les explotó a todos en la cara, apareció este chico de ojos claros idéntico a los Dybala. Nina hasta entonces no había sentido atracción por ninguna persona en su vida, pero llegó ese partido de la final del mundial sub-20 cuando todos fueron a ver a Ciro y a Santi jugar. Portugal y Argentina se iban a enfrentar en Rusia por primera vez y de la nada apareció un chico alto de ojos azules que se sentó al lado de mi sobrina; Octavia Dybala aparecía por primera vez en público con el apellido de su padre y fue un flechazo instantáneo a primera vista. Al principio parecía mutuo, pero Octavio solo buscaba cómo integrarse al grupo y sabía que Nina era buena para socializar.
— ¡Octi!—Gritando y festejando desde el medio de la pista Olivia Fernández saltaba a los brazos de este chico, que acepto el abrazo y Nina quedó paralizada viendo como su mejor amiga hacía como si ella no existiera. En su propio cumpleaños.
Mejor amiga, otra larga historia.
Desde que mi hermano piso Inglaterra para jugar con los Spurs, Valentina y Agustina se volvieron amigas del dolor que ambas sentían por haber perdido a alguien que querían. Las chicas por inercia se acercaron hasta que, de repente, Enzo tuvo que aceptar que Olivia quería irse de vacaciones con Nina a Argentina.
—Nina, mami vamos a cantar el feliz cumpleaños ahora ¿querés?—Mi hermano aparecía por atrás de mi sobrina para abrazarla, Nina contuvo las lágrimas cuando vio como Olivia impugne se acercaba tanto al chico que amaba. Dramática como la tía, se dio vuelta y negó con la cabeza yéndose de un pique, y como pudo con los tacones, hasta el baño del quincho.
Ya no importaba la fiesta, no importaba el hermoso vestido azul oscuro que Agustina consiguió para ella, tampoco que todos sus amigos estuvieran esperándola para cantar el feliz cumpleaños. Su mejor amiga había cagado su cumpleaños, ¿no les hace acordar a alguien esta secuencia?
—Nina... ¿Nina dónde estás?—Una voz masculina se escuchó por el pasillo y mi nena ya tenía todo el rímel corrido. Parecía un mapache.
—La puta madre—Intentó secarse la cara, pero el rímel aprueba de agua se le estaba empastando en la cara haciendo que se frustrará tirando la toalla a la mierda mientras se sentaba en el inodoro a seguir llorando. Efectivamente saco los mismos problemas que su tía, lamentable pero cierto.
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𝐄𝐍𝐀𝐌𝐎𝐑𝐀𝐃𝐎 𝐓𝐔𝐘𝐎 (𝐞𝐧𝐳𝐨 𝐟𝐞𝐫𝐧𝐚𝐧𝐝𝐞𝐳)
Fanfiction𝑺𝒊 𝒑𝒆𝒏𝒔𝒂́𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒎𝒐𝒓 𝒚𝒐 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐, 𝒑𝒐𝒓 𝒇𝒂𝒗𝒐𝒓 𝒏𝒐 𝒉𝒂𝒈𝒂𝒔 𝒑𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐. 𝑵𝒐 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒄𝒐𝒏 𝒕𝒖 𝒈𝒆𝒏𝒕𝒆, 𝒔𝒐𝒃𝒓𝒆 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒂𝒔𝒖𝒏𝒕𝒐, 𝒄𝒂𝒔𝒊 𝒏𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒏𝒂𝒅𝒊𝒆 𝒅𝒊𝒄𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒚𝒐 𝒆𝒔𝒕�...