Primera parte

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Eran las seis con treinta cuando llegó al bar-café donde fue citado por su actual pareja. Vestía unos pantalones sueltos de color azul, una camiseta blanca y encima de este un hoddie del mismo color de su sudadera, finalmente un bucket hat negro cubriendo su cabello. Tal vez un poco informal para el lugar pero ¿Quién podría culparlo? Recién salía de su última clase y hacía mucho frío en la ciudad.

Claramente, su vestimenta no fue del agrado de su pareja, su rostro lo dejó bastante en claro, aún así no dudó en hacérselo saber una vez que tomó asiento.

— Joder, Jungkook. Solo te pedí vestirte de forma decente, no puedo creer que no seas capaz de cumplir con eso. — El reproche y disgusto era evidente en su tono de voz.

— Sé lo que me pediste, te escuché. Pero también te dejé en claro mi horario de clases, sabes que recién estoy saliendo de álgebra. — Se defendió el azabache.

Afortunada, o desafortunadamente llegó un chico rubio un poco bajo a tomar su pedido, cortando el ambiente de tensión entre ambos.

Terminaron por ordenar un café un pedazo de pastel de chocolate para cada uno. Ulteriormente, su pareja comenzó a parlotear una y otra vez sobre cosas qué, supuestamente, habían superado y dejado atrás. El de cabellos azabaches decidió no escucharle, o podrían terminar teniendo una discusión mucho peor.

Justamente cuando pensaba en simplemente cortar las cosas e irse a descansar, la pequeña tarima del lugar se iluminó con los reflectores y las luces se apagaron, siendo el escenario el único lugar con luz.

Un chico, no mayor que él mismo, con cabello negro, piel acanelada y un rostro esculpido por la misma afrodita fue quien se robó todas las miradas del lugar, incluyendo la suya. Vestía una camisa blanca con cuello que poseía unas cuentas perlas a cada lado en el borde, un listón de color azul rey y blanco como decoración y pantalones del mismo tono de azul que su listón.

Su respiración se cortó por breves momentos cuando empezó a sonar una hermosa melodía de jazz navideño, pocos segundos después la voz del chico llenó el lugar por completo; grave pero con esos tonos suaves completamente envolventes que te acarician el corazón.

Todo a su alrededor dejó de existir por unos momentos, su centro de atención únicamente era el bello chico que recitaba aquella melodía con un hermosa sonrisa en su rostro y una voz angelical.

— ¡Jungkook! — Gritó la pelirroja en un chillido bajo, moviendo su mano de un lado al otro para intentar obtener su atención.

— ¿Disculpa, qué decías? — Preguntó, saliendo de su ensoñación.

— Eres jodidamente increíble. Estamos acá para "arreglar las cosas" y ni siquiera te tomas el maldito trabajo de escucharme por cinco minutos.

— Te dije que no quería hacer esto, estoy en época de exámenes y fui claro cuando te expresé que no tenía intenciones de arreglar esto. Tú sabes que esto no está funcionando. — Recordó el Alfa, haciendo alusión a la última conversación que tuvieron.

— ¿Entonces eso es todo? ¿Estás abandonado dos años de relación simplemente porque no quieres hablar? — La pelirroja comenzó a alterarse, sus feromonas amargas esparciéndose por todo el lugar.

— No, no es porque "no quiera hablar". Ya no existe un nosotros, dejó de existir cuando decidiste actuar a mis espaldas. — El Alfa de Jungkook comenzaba a sentirse molesto e irritado por la presencia contraria.

Aunque sus palabras eran dirigidas hacía la Omega, sus ojos no podían despegarse del maravilloso chico que aún actuaba en el escenario. Su lobo estaba haciendo estragos en su interior, saltando de un lado a otro y moviendo la cola imperativamente.

feeling alive when (you) look at meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora