- ¿En serio la despertaremos a ella? No se si lo recuerdas Senku pero ella era la que en la preparatoria vendía...
- Sí, se lo que vendía, todo un caso perdido esta chica, pero al menos sabe bastante de química.
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Fan...
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❀|| Camile ||❀
10,600 baldosas en el techo...
34 pasos desde la entrada a mi mesa favorita...
59 libros de quimica...
197 clicks con la pluma que hizo el chico de enfrente...
120 páginas leídas de mi libro...
50 minutos de retraso para Senku...
Amo la química pero también amo contar, todo eso lo conté a falta de poder hacer otra cosa más que ver mi celular sin internet. Siempre trato de ser paciente, pero ese chico me esta llevando a un límite.
La falta de mi libreta especial ya de por si me tiene bastante agobiada, no solo por no poder registrar esas, para mí realmente importantes, cuentas. Sino por los problemas que trajo consigo perder el inventario de cuántos "productos" vendí. Necesitaba compensar las faltas de dinero y en lugar de ir a trabajar más para reponerlo, decidí darle una oportunidad al chico peliverde y gastar una hora de mi vida para nada.
Esperé a que otros tortuosos 10 minutos fueran marcados segundo a segundo por el gran reloj de la biblioteca hasta que finalmente desistí. Perdí la esperanza de que él llegara desde la primera media hora, pero creía que lo más cortez era esperarlo.
Odio esa costumbre japonesa de irse después de quince minutos, la gente tiene problemas que no se resuelven en quince minutos y aunque tampoco se resolverían en una hora, al menos en ese tiempo las personas podrian llegar y pedir que se posponga la reunión o mínimamente mandar un mensaje por educación.
Apenas puse un pié afuera de la biblioteca y la señal volvió a mi celular, volví a contar.
6 pedidos...
173 notificaciones en instagram...
2 alarmas suspendidas...
12 llamadas de Keiji...
32 mensajes sin leer... Ninguno de Senku.
Un poco molesta caminé por él estacionamiento hasta divisar a aquel rubio de ojos marrones el cuál aprecio bastante.
— Tardaste mucho, hermosa — se acercó a darme un pequeño y corto beso en los labios.
— Sí, lo siento estaba leyendo — sonreí mientras cargaba varios libros que logré pedir prestados de la biblioteca — Ya sabes para mejorar mi promedio y eso.
— Que aburrido — aunque no me gustara admitirlo sus palabras me dolían levemente, él nunca apreciaría las cosas que a mí me gustan — Bien, y ¿Que tal te fue con tu nerd tutor?
