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Nunca en su vida había sentido pasar el tiempo de una forma tan lenta, sin duda ese era el peor día de todos para JiMin, se sentía cansado, sus párpados pesaban, por lo tanto le costaba mantener sus ojos abiertos. En ese momento desearía estar entre sus suaves sabanas blancas descansando todo lo que no pudo, sin duda esta era una de las peores torturas.
Había comenzado a pensar que en cualquier momento iba a terminar colapsando. En este momento el chico de mejillas abultadas se sentía agradecido de que no haya pasado algo así.
El profesor estaba diciendo algunas cuantas palabras, agradecía a todos el "empeño" que habían brindado en aquel año escolar, claro, como si no dejar hablar al profesor y no entregar las tareas fuera empeño, por lo que las palabras solo eran dirigidas a un grupo de personas casi escaso. Mientras tanto, Park por su parte solo quería que terminara lo antes posible para poder irse a casa y descansar todas las horas necesarias para poder tener energías de nuevo.

—Pueden salir, chicos. –dijo el profesor con una sonrisa en sus labios, provocando que todos se levantarán y salieran del aula, entre ellos el castaño quien caminaba sin prisa alguna. —Joven Park. –se escuchó la voz de aquel hombre quien terminaba de guardar sus cosas.

—¿Si? –respondió al detenerse frente a él.

—¿Es verdad que para el próximo año no estudiaras más aquí? –pregunto mirandole a lo que el pequeño chico asintió suavemente con su cabeza.

—Si, es verdad, ya que dentro de unos meses me iré al seminario y estudiaré ahí por un tiempo, ya sabe, mientras me preparo para ser sacerdote.

—Si, entiendo. –murmuro con una sonrisa en sus labios. —Eras el mejor estudiante de mi clase y espero que sigas siendo el mejor en todo lo que hagas.

—Mjm. –asintió nuevamente. —Tratare de dar siempre lo mejor de mi.

—Espero que si, siempre lo haces, mucha suerte.

—Muchas gracias, profesor, tenga unas felices vacaciones. –murmuro regalándole una de sus características sonrisas.

—Igual usted, joven Park.

Después de aquella pequeña y última plática que tendría con su profesor salió de aquella aula a paso lento, no se sentía con la energía de caminar a una velocidad mayor, no era el mejor momento para él, puesto que su cansancio aumentaba en cada segundo que pasaba.
Su sonrisa apareció de nuevo al darse cuenta que su amigo de cabellera negra ya estaba ahí esperándole, sin duda el chico poco a poco iba tomando el cariño del menor. A pasos cortos este se acercó y solo así pudo escuchar la voz del contrario.

—¿Y que tal? ¿Cómo fue tu último día?

—Fue tranquilo. –murmuro en respuesta. —Pero por mi parte estuve cansado, estaba contando cada segundo para poder salir, en verdad estoy agradecido que hoy haya sido el último día de clases, quiero llegar a casa y dormir lo que queda del día. –comenzó a balbucear mientras ambos tomaban el camino para ir a su casa.

—Me imagino, al fin podrás descansar un poco.

—Quizá solo un par de horas, ya que tengo que ir a la iglesia más tarde, pero en fin, mejor cuénteme cómo estuvo su día.

—Muy normal, demasiado a decir verdad, no hay nada interesante que contar por mi parte. –alzo sus hombros levemente.

–Todos sus días son aburridos, nunca me cuenta algo. –suspiro y formó un pequeño puchero en sus labios de manera inconsciente.

—Simplemente no hay nada que contar, Park.

El menor rodó los ojos. —De acuerdo.

[...]

Durante todo el camino la voz del castaño era la única que se había escuchado, YoonGi no era de los chicos que hablaran mucho, es por eso que JiMin siempre tenía que contarle algunas cosas o simplemente tener un tema de conversación para que el camino no fuera aburrido para ninguno de los dos, era como si ambos chicos se complementarán de cierta manera. Solo hicieron falta unos cuantos minutos y ya se encontraban fuera de la casa del menor donde recientemente habían llegado.

—Gracias por acompañarme. –murmuro el menor con una sonrisa.

—Ya habíamos hablado de esto ¿O me equivoco?  –respondió el pelinegro mientras alzaba una de sus cejas.

Una pequeña risa nerviosa por parte del contrario no tardó en hacerse presente. —Tiene razón, pero no puedo dejar de agradecerle, sabe que es el único amigo que tengo y me sigue pareciendo algo no tan común.

—Yo entiendo Park. –asintió un par de veces. —Bien, será mejor que me vaya, así tú podrás descansar, créeme, siento que en cualquier momento vas a caer desmayado de lo cansado que te ves.

—Yo siento lo mismo. —dijo y ambos soltaron una pequeña risa por aquel comentario.

—De acuerdo, nos vemos luego entonces,  quizá después podamos hacer algo juntos. –propuso el pálido manteniendo una pequeña pero notoria sonrisa en sus labios.

—Si, sería genial. –comento el rubio con cierta ilusión, para él el sólo hecho de tener a un amigo con quien compartir los días lo hacía sentir muy emocionado. —Hasta luego Hyung, vaya con mucho cuidado.

El mayor solo sintió suavemente con su cabeza y después de regalarle una pequeña sonrisa al menor se fue.
JiMin por su parte se quedó mirándo como aquel chico pelinegro poco a poco se alejaba cada vez más, hasta que solo un par de minutos después la silueta del pálido desapareció de su vista, perdiéndose entre aquellos pequeños edificios en los alrededores, de este modo, el menor se adentro a su casa, percatándose por el silencio que había en ella que no se encontraba absolutamente nadie. Supuso que sus padres estarían en el templo, a esas horas siempre iban a ayudar en cosas que podrían ocuparse dentro de la iglesia. Sus padres parecían vivir la mayor parte del día en ese lugar. 

Soltó un pequeño suspiro de cansancio y camino a paso lento hasta llegar a su habitación, dejó sus cosas en algún lugar de está y se encaminó hasta la cama, donde al solo estar a poco centímetros se recostó en ella sintiendo como su rostro se hundía en su cómoda almohada, en ese momento sentía estar en el mismísimo cielo. Sus ojos se cerraron automáticamente, nunca en su vida se había sentido tan cansado como para estar en ese punto.
Abrir sus ojos ya era algo imposible, su cuerpo llegó a un nivel de relajación del cual no pudo salir y solo así, cayó en un profundo sueño.

𝔅𝔩𝔞𝔰𝔭𝔥𝔢𝔪𝔦𝔞 ;✝ 𝙺𝚘𝚘𝚔𝚖𝚒𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora