Durante los tres años de matrimonio por contrato, Jimin Park ha hecho todo lo posible porque la relación que mantiene con su esposo sea más que un odio.
Sin embargo, el joven YoonGi Min solo ha puesto obstáculos en el camino.
¿YoonGi podrá corresp...
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Después de que el omega presenciara aquella imagen de su alfa con otro omega ya no volvió a usar supresor.
¿Que tiene que ver esto?
Que YoonGi entró en celo y el alfa se dio cuenta cuando entró por la puerta de su hogar, percibiendo por sus fosas nasales el intenso aroma a mandarina con chocolate que jamás había olido durante los tres años de matrimonio.
¡Maldición!
El aroma estaba esparcido por toda la casa y Jimin juraba que era el aroma más rico que había respirado de toda su maldita vida.
¿Dónde estaba su omega?
Se preguntó mientras dejaba su saco junto con su maletín en el perchero que estaba cerca de la puerta. Se quitó también los zapatos y se adentro completamente a su hogar para buscarlo.
¿Estaría bien si lo buscaba?
Su alfa interior le dijo que sí. Aunque él sabía que no podía acercarse tanto a él cuando YoonGi estaba en celo.
Pero… ¿Por qué había dejado salir su aroma? Si nunca lo había hecho.
¿Acaso el omega tenía a alguien más en su cama?
No, no podía ser cierto.
¿Oh si?
Jimin se paró en seco y busco con la mirada algún indicio de la traición de su esposo, sintiendo los celos carcomiendo su ser. Y entré medio de la oscuridad, se encontró con un pantalón negro y unos zapatos de vestir.
Esos no eran de él.
¡Qué descaro!
¿Cómo podía ser posible ese suceso?
—¡YoonGi! —exclamó con rabia en su voz— No te escondas y sal ahora mismo con ese maldito idiota.
No recibió respuesta. Tomó el puente de su nariz y la presionó para tratar de calmarse, pero no podía, está vez YoonGi no tendría escapatoria.
Se dirigió hacia las escaleras, dándose cuenta que las luces estaban apagadas y los pasillos en silencio.
¿Dónde demonios estaba YoonGi?
Un leve gemido le respondió a su pregunta. YoonGi estaba en la habitación de él.
¿Que estaba haciendo ahí?
Se encogió de hombros y se encaminó hacia allá con el ceño fruncido por el enojo. Ahora sí que YoonGi no tendría escapatoria, y menos por qué había metido a otro a su habitación.
Cuando llegó, abrió la puerta de su habitación. Su respiración se aceleró y sus ojos se oscurecieron por la excitación al recibir el aroma de golpe.
¡Demonios!
Se tuvo que haber preparado para lo que le estaba esperando en la cama. YoonGi se encontraba desnudo entre sus sábanas, sudoroso y con el cabello despeinado mientras gemía su nombre.
YoonGi se dio cuenta de su presencia al percibir el aroma de Jimin, levantando su vista para mirarlo.
—¿Alfa? —preguntó con los ojos cristalizados— ¿En dónde has estado?
Jimin se echó para atrás estando sorprendido por las palabras de YoonGi. El omega se levantó de la cama y Jimin se tapó los ojos para no mirarlo.
—¡Que no se te ocurra acercarte! —colocó sus manos como escudo en frente de él.
YoonGi lo sintió como un rechazo y se levantó de la cama dispuesto a llevarle la contraria de su alfa.
¡Tenía que hacer que lo mirara!
No podía dejar que otro omega se lo robara.
—¿Por qué? —le preguntó con voz adolorida— ¿Es por qué ya tienes a Taehyung?
Jimin se desconcertó, pero luego se dio cuenta de que su plan había funcionado.
—S-si… —dijo con nervios.
Muy probablemente esa respuesta lastimaría a su omega. Sin embargo, al contrario de lo que Jimin pensaba, el omega envolvió sus piernas en la cadera de Jimin ocasionando que esté lo tomara por los muslos.
—¡Nadie puede tenerte más yo! —exclamó enojado y comenzó a marcarlo con su aroma— ¡El único Omega que es tuyo, soy yo! ¡Ese omega está sucio!
Jimin trató de que se calmara, más solo recibía mordidas en su cuello por parte del omega que ahora se restregaba contra su cuerpo sollozando.
¿Qué había hecho?
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