Tipo ideal

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No entendía en qué momento había comenzado a sentirse así y cómo había permitido que sucediera, sin duda alguna había bajado la guardia y se sentía muy molesto consigo mismo por eso. Verlo pasar y escucharlo hablar provocaba que su atención se viera enfocada solo en él, mirarlo y hablarle provocaba un peso molesto en su pecho; sin embargo, su rostro y su voz hacían que no fuera notorio. 

Odiaba sentirse así, al principio creía que su interés por él era porque lo consideraba su rival en el fútbol, porque él había obtenido el reconocimiento que tanto había anhelado de su propio hermano, porque quería derrotarlo; a pesar de todo eso, ninguna de esas razones le parecían correctas. Desde hacía mucho tiempo que no lloraba, pero cuando comprendió que era amor lo que sentía, lloró de la indignación. Rin Itoshi estaba enamorado de Yoichi Isagi. 

En cuanto lo tuvo claro, Rin comenzó a ser consciente de las cosas que más le atraían de Isagi. Le gustaba su determinación, su pasión por el juego, su personalidad egoísta en la cancha, que siempre tuviera algo que decir, su amabilidad con todos, hasta con quienes consideraba sus rivales. Fuera del campo de fútbol, Isagi tenía una gran relación con varios de sus compañeros, lo cual no le gustaba mucho a Rin.

Bachira y Chigiri eran los más unidos a Isagi, siempre pegados a él como si no conocieran el espacio personal, a Rin le irritaba tanto verlos y envidiaba que ellos pudieran tener esa cercanía. En poco tiempo se les había unido Kurona en ser alguien muy cercano a Isagi, lo cual le hacía a Rin preguntarse qué había sucedido en el estrato alemán para que ellos se volvieran así. 

Otros chicos que eran muy unidos a Isagi eran Hiori y Nanase. Rin lo sabía, desde la primera vez que les había tocado jugar juntos que habían formado una gran amistad. Isagi podía simpatizar sin problemas con muchas personas, si Rin no hubiera tenido esa personalidad tan complicada, de seguro que también hubieran sido buenos amigos; sin embargo, Rin no podía cambiar su forma de ser y, además, no quería ser su amigo.

—¿Cómo es su tipo ideal? —Una pregunta hecha por uno de sus compañeros llamó la atención de Rin.

Un pequeño grupo en el comedor se encontraba conviviendo mientras cenaban juntos, entre ellos estaba Isagi. Rin comía solo, pero sentado cerca, así que no pudo evitar escucharlos.

A Rin solo le interesaba la respuesta de Isagi, pero a la vez le asustaba escucharla. Trató de no hacerse esperanzas, para empezar ni siquiera sabía si tenía oportunidad siendo hombre. 

—Me gusta alguien que ría mucho y tenga una sonrisa maravillosa —respondió Isagi. 

Todo el cuerpo de Rin se tensó al escucharlo, pudo sentir un escalofrío recorrerlo, a la vez que su cara se ponía pálida y sentía que devolvería su cena. Aquella descripción no se parecía en nada a él, incluso si Isagi se interesaba en un hombre, Rin no cumplía como su tipo ideal. Miró hacia Isagi, quien reía con un sonrojo en sus mejillas, Rin sintió una punzada en su pecho. 

—¡Oh, Rin-chan! —Bachira notó a la persona ajena enfocando su atención en el grupo que conversaba—. ¿Te interesa este tema? ¿Quieres unirte? —preguntó con una sonrisa. 

La punzada en el pecho de Rin creció, el dolor se extendió por todo su cuerpo al darse cuenta de algo que hirió por completo todos sus sentimientos. Si había alguien que coincidía bien con el tipo ideal de Isagi era Bachira. No pudo con aquella realidad y se levantó de la mesa, ignorando a su compañero y retirándose del lugar. 

Isagi miró hacia Rin, no era novedad que los ignorara, pero aun así sintió algo diferente en él que lo dejó confundido. Rin se retiró, sin saber que la mirada de Isagi había estado pegada en él hasta verlo desaparecer. 

Rin caminó en silencio por los pasillos, apretando sus puños y luchando por no dejarse llevar por el dolor en su pecho. Al llegar a su cuarto, se sentó sobre su cama y se recostó de lado, mirando hacia la nada. Aquel amor unilateral estaba siendo muy molesto, lo peor era que no sabía cómo detenerlo. 

Odiaba llorar, pero cuando sus dientes comenzaron a temblar, se rindió y rompió en llanto. No tenía idea de cómo llegar al corazón de Isagi, ni siquiera tenía esperanzas de poder ser correspondido. Fue así como se quedó dormido, con lágrimas en sus ojos que mojaban sus mejillas. 

Al día siguiente se despertó sintiéndose demacrado, y un poco más tarde que el resto, lo cual no era común en él. Pasó todo el resto del día ignorando a todos como siempre, pero esta vez evitando mirarlos a la cara, para que nadie notara sus ojos rojos por el anterior largo llanto. 

Al llegar la tarde, se quedó entrenando a solas hasta no poder más, después fue al baño comunitario para darse una ducha. Se había sentido descompuesto todo el día, por lo que ya estaba harto de todo, solo quería hacer su meditación y después irse a dormir. 

En cuanto Rin terminó de bañarse y estuvo listo para marcharse del baño, Isagi y Chigiri entraron. Ver a Isagi le sentó muy mal.

—Hola, Rin —saludó Isagi.
—Buenas noches —saludó Chigiri.

Rin los miró en silencio y solo los ignoró, sin recibir ningún reclamo; simplemente salió del baño, pero a la mitad del pasillo se dio cuenta de que había olvidado sus pertenencias. Chasqueó la lengua, ver a Isagi lo había desconcentrado; de inmediato dio la vuelta para regresar. 

—Él siempre ha sido así. —Escuchó comentar a Chigiri.
—Sí, dudo que cambie —contestó Isagi.

Rin se quedó quieto y en silencio, sin ser notado.

—¿Qué le viste? —preguntó Chigiri, soltando una risita—. En serio, me sorprende. 
—Podría hacerte una lista de todas las cosas que me gustan de él, pero aun así sentiría que no es suficiente —respondió Isagi, con un tono de voz dulce—. Realmente son tantas cosas que no sé cómo explicarlas.
—Sí que te tiene mal, amigo.
—Lo sé. Rin es todo lo contrario a mi tipo de pareja ideal, pero de todos modos, solo tengo ojos para él, me gusta demasiado.

Ante esas palabras de Isagi, Rin quedó en shock. No sabía si había escuchado bien, aunque él había pronunciado muy claro su nombre. Su cerebro se puso lento en procesarlo, hasta que no quedó duda de lo que había escuchado, su cuerpo reaccionó como consecuencia. Rin se fue del baño caminando rápido, dejando en el olvido sus cosas, después iría a buscarlas, no importaba. Su rostro se puso muy rojo y sus ojos se cristalizaron, por lo que de inmediato fue a esconderse a la sala donde hacía meditación. 

Rin se sentó de rodillas en el suelo, su corazón latía enloquecido y las lágrimas ya no querían parar de caer por sus mejillas. El amor era insoportable, un día lo tenía llorando de tristeza y al siguiente de felicidad. Su amor por Isagi era correspondido y Rin aún no se podía creer que eso era verdad. 

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