Todo parecía una broma de mal gusto; los exámenes eran su especialidad, siempre obtenía la nota más alta y, aunque siempre ganaba de manera justa, esta vez los métodos no le importaban.
Fueron tres días absurdamente tediosos, llenos de charlas sobre diferentes períodos históricos, días de tomar notas, ver diapositivas, algunos vídeos y juegos de trivia en los que no acertaba ninguna respuesta, y cuando finalmente llegó el día, su estrés estaba a punto de estallar.
---Un siete --- expresó su amiga contenta al ver la hoja --- ¿Puedo ver el tuyo?
---Saqué un cinco --- comentó uno de sus amigos con pesar --- eh, pero saqué estas bien.
---Ni lo menciones, pensé en poner eso, pero después me retracté, qué mala suerte.
Pronto, sus amigos empezaron a convertirse en un murmullo difuso de fondo. Su mano apretaba el papel con tal fuerza que ya estaba arrugado de ese lado. "Un diez perfecto, incluso me escribió una nota", ese comentario distante la hizo arrugar aún más el papel, molesta se acercó a su profesor.
---Debe estar bromeando--- murmuré al tenerlo de frente.
---Las dudas--- dijo en voz alta ---las resolveré en mi oficina a la una de la tarde. Me retiraré de la escuela hasta las tres; tienen ese periodo de tiempo para asistir.
Se sentía molesta y, sobre todo, avergonzada. No tenía dudas de que su calificación era la más baja del salón, y las muchas miradas sobre ella la obligaron a regresar a su lugar con la cabeza erguida, pero con el enojo marcando su rostro.
Esperaba que pensaran que se quejaba de un nueve. Así que, al sentarse, escondió rápidamente la hoja arrugada en su mochila. Frente a las preguntas, afirmaba que su disgusto era por las pocas décimas que le faltaban para el diez. Aunque sabía que era una mentira, le resultaba estresante ceder la victoria de la nota más alta a una compañera cuyo nombre ni siquiera sabía.
[...]
A medida que el día avanzaba, sus otros profesores lograron aliviar su mal humor. Se sentía tranquila al no tener que esforzarse en exceso, pero el simple recuerdo que surgía al abrir su mochila y ver esa hoja, la misma que el profesor había pedido que estuviera pegada en su cuaderno para el día siguiente, le hacía revivir todas esas emociones negativas.
La parte más difícil era que, al desconocer el método de evaluación, no podía determinar si el comportamiento era parte de este. Por lo tanto, en clase no podía ser confrontativa y, al mismo tiempo, tenía que esforzarse en exceso..
---Ya es la una --- declaro al entrar a la oficina, su profesor solo suspiro cerrando los folder frente a el --- ¿Que mierda es esto?
---Su calificación, que repito, no cambiará y le recomiendo que la pegue, porque también tendrá valor como actividad... --- pero fue interrumpido por el agarre de la chica en su mandíbula, que además se encargaba de cubrir su boca..
---Sé que esa es mi calificación, no soy estúpida--- dijo ella mientras el hombre intentaba soltarse, pero su cabeza fue empujada contra el escritorio con fuerza ---Pero creí haber dejado claro qué calificación esperaba
Estaba furiosa, eso fue lo que sintió al mirar de nuevo a su profesor. No le importaban las reprimendas; durante su primera visita había notado la ausencia de cámaras y, con su reputación, tenía ventaja en cómo se interpretarían los hechos.
---¿Cuentos años tiene, profesor? veintidós... no, talvez veintitrés --- dijo, sacando una pastilla de la bolsa oculta de su falda y metiéndola en su boca, después, con un agarre en el cabello de su mayor y aplicar fuerza en sus mejillas fue que aquel besos comenzó.
El hombre intentaba alejarla, pero no entendía de donde había salido tanta fuerza de una estudiantes de 17 años. La joven ni se separó, mantenía ese beso profundo hasta que finalmente noto la ausencia de esa pastilla.
—Buenos labios, profe — pero el hombre no tardó en empujarla, además de poniéndose de pie para que no se acercara más.
Olivia solo se acercó a la puerta, bloqueando su seguro intento de escapar además de poner seguro, no pasaría mucho tiempo antes de que esa pastilla surgiera efecto.
—Vamos, parece un gato asustado — murmuro mirando a su profesor en la otra esquina de la habitación — solo soy una estudiante, ¿recuerda?
—Una estudiante a la cual me encargaré que corran de aquí.

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Todo Por Un 10
DiversosAbecés ponerte al tu por tu con un profesor no es buena idea, menos cuando es evidente que el profesor es un universitario recién graduado con poca paciencia y algo vengativo. Pero abecés un trato que trae beneficios en ambas partes, por mas forzado...