•• "Izana y Manjiro +18" ••

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Finalmente, Mikoto logró llegar a la reunión acordada con Izana. El lugar elegido fue una encantadora cafetería en una mañana serena y apacible.

—Hola.

—Hola, Mikoto —pronunciaron los amigos.

—¿De que querían hablar? —preguntó.

—Manjiro y yo tenemos planes de asistir a una reunión que nuestros amigos están organizando en una discoteca. Nos preguntábamos si sería posible para ti acompañarnos en este evento. Tu presencia sería muy bienvenida y añadiría un toque especial —mencionó el moreno.

—¿Me están invitando a tomar un café solo por eso?

—No. Queríamos hablar contigo, ya sabes, una plática de amigos —pronunció Manjiro un poco nervioso.

—Bueno.

Los dos amigos compartían un interés romántico por la misma mujer, pero evitaban competir por su atención, prefiriendo tratarla simplemente como "amiga". Mikoto, en cambio, se mostraba intrigada por ambos chicos, enfrentando un dilema evidente: no podía decidirse por uno, por lo que mantenía una actitud distante pero amigable al mismo tiempo.

Los tres amigos compartieron una mañana en la cafetería, dialogando sobre sus rutinas diarias y algunas experiencias recientes. Al finalizar la reunión, cada uno regresó a su hogar. A pesar de la aparente pesadez de la tarde, también se percibía una sensación de serenidad.

En la casa de Izana, Manjiro empezó a planear con él su vestimenta para la noche, anticipando un atuendo elegante con corbata. Por otro lado, Mikoto consideraba llevar un vestido sin mangas, con un toque de elegancia.

El tiempo avanzó rápidamente y la noche se hizo presente. La discoteca se llenó de una multitud animada, dando inicio a una festiva velada de música y bebidas.

Los tres amigos llegaron juntos a la discoteca, aprovechando los shots de tequila que se les ofrecían al ingresar.

—¡Wow, no te vi debido a la oscuridad, pero luces hermosa con ese vestido! —Declaró Izana con un gesto coqueto.

—Tiene razón, te ves espectacular —Manjiro exclamó.

Al escuchar los elogios pronunciados por sus amigos, Mikoto esbozó una sonrisa de gratitud y los abrazó con efusión, transmitiendo su aprecio en un gesto sincero y cálido.

La atmósfera de la fiesta empezó a transformarse con la incorporación de bailes y el flujo del alcohol. La multitud se entregaba al compás de la música, con personas moviéndose al ritmo mientras otras alternaban entre el baile y las conversaciones, ocasionalmente acompañadas de tragos.

—¿Quieren ir por unos tragos? —Manjiro sugirió.

—Porque no —respondió.

Con una notable naturalidad, los tres amigos empezaron a consumir bebidas con agilidad, sus miradas capturando la escena de diversión que se desenvolvía entre la multitud. A medida que los minutos transcurrían, los dos compañeros demostraban signos tempranos de embriaguez, evidenciado en su comportamiento. Por otro lado, Mikoto luchaba por mantenerse firme, consciente del estado de ebriedad que la aquejaba, y esforzándose por no perder el equilibrio en medio de la agitación.

Draken se acerca—. Si que se la están pasando bien —expresó.

—Sí.

Izana y Manjiro encontraban difícil contener su admiración al contemplar la radiante apariencia de Mikoto, quien parecía encarnar la esencia misma de un ángel. Sus miradas parecían hipnotizadas por su belleza excepcional y única en ese momento.

—Entonces, Mikoto, ¿cuándo planeas expresar tus sentimientos a uno de esos dos? —Insinuó Draken con un empujón dirigido hacia ella.

Al escuchar eso, los amigos cayeron en una especie de trance de admiración por la hermosa chica, quien estaba completamente sonrojada.

—Idiota, mejor vete —insinuó nerviosamente.

—Entonces, ¿te gustamos? —preguntaron.

Sin pronunciar palabra, Mikoto tomó firmemente las manos de ambos jóvenes y los condujo hacia uno de los baños privados de la discoteca. Una vez allí, cerró la puerta con doble seguro y se posicionó a un costado, manteniendo su mirada fija en la puerta.

Sin vergüenza alguna los dos chicos hablaron—. ¿Qué haremos? —preguntaron con sonrojes.

—Quiero tranquilizarme —comentó nerviosamente.

El trío caía progresivamente en un estado de lujuria y pérdida de control, resultado del exceso de alcohol consumido. A pesar de los intentos por mantener el equilibrio, la inestabilidad se tornaba evidente.

Los chicos envolvieron a Mikoto con abrazos apasionados y, sin necesidad de palabras, comenzaron a desprenderse de sus prendas. Los ropajes cayeron al suelo produciendo un suave murmullo, acentuado por los cinturones de los varones y el tintineo de los tacones de Mikoto. Poco a poco, quedaron desnudos, dejando al descubierto sus figuras. Izana, marcando el inicio, posó besos delicados en los labios de la fémina, mientras Manjiro acariciaba con reverencia la tersa piel de su cuerpo. Entre suspiros suaves y controlados, Mikoto comenzó a emitir gemidos, aunque procuraba que fueran discretos, aun consciente de la música de fondo que permeaba el entorno y llegaba hasta el último rincón de la calle.

Ambos hombres empezaron a trazar senderos en la piel de fémina, dejando huellas en su clavícula y espalda. El acto avanzó y Mikoto rápidamente se posicionó mientras izana colocaba su miembro erecto en su intimidad y comenzaba su viaje profundo por delante de ella, mientras que manjiro la besaba con una total locura y lujuria. Los dos chicos dieron una mirada traviesa y rápidamente Manjiro soltó los suaves labios de la fémina, y comenzó a posicionar detrás de ella, comenzando a introducir su miembro por su parte trasera.

Los gemidos de la fémina, comenzaron a hacerse más notorios mientras los dos hombres se movían dentro de ella, pero parecían no importarles a los dos hombres, quienes estaban en un estado de satisfacción por esos suaves gemidos.

Izana comenzó a masajear los suaves pechos prominentes de la femenina mientras manjiro le besaba la espalda, succionándola con su lengua, haciendo que se llenara más de deseo.

—¿Te gusta? —preguntó el moreno traviesamente.

—Sí —respondió tranquilamente con un gemido agudo.

Lentamente los dos hombres llegaron al clímax, comenzando a  eyacular dentro de ella mientras gemían con un inmenso placer y satisfacción. El líquido transparente parecía salirse de la intimidad de la femenina, haciéndole sentir los dos miembros resbalando mas dentro ella.

Con un severo agarre, Manjiro comenzó a apretar las caderas de la femenina, haciendo que su miembro se erectara más, Pero un pequeño ruido arruinó el bello momento que tenían estos tres amigos.

—¡Trío de insensatos, salgan de ahí!, se escuchan sus gritos ahogados desde el otro lado. Van a terminar realmente avergonzados si se llega a enterar media fiesta. —exclamó Mitsuya.

Ante el comentario de Mitsuya, Mikoto reaccionó con rapidez, liberándose de la presencia de los dos hombres. Con una evidente incomodidad, derivada de un dolor en el abdomen, comenzó a vestirse mientras luchaba por mantener el equilibrio. El súbito movimiento de Mikoto impulsó a los dos hombres a ponerse de pie y comenzar a vestirse, aunque no pudieron ocultar su nerviosismo palpable y el sudor que empapaba sus frentes. Sus rostros se colorearon de un tono rojizo.

Antes de abandonar el baño, los tres amigos compartieron un abrazo, acompañado de una ligera sonrisa traviesa, como cómplices en un momento compartido.

Fin.

Nota de la autora:

Si, lo escribí con las patas JAJAJAJA
No tenía mucha imaginación👹

Si les gustaría un One shot de un personaje en específico que sea de tokyo revengers háganmelo saber en la pestaña "conversaciones" que está en mi perfil. 🏃🏻

ONE SHOT| TOKYO REVENGERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora