1. Amantes.

292 51 19
                                    



—¿Te vas ya? —Jongdae preguntó mirando el reloj en la mesita de noche.

Eran las ocho, quería pedirle que se quedara a dormir con él, pero sabía que se negaría, como siempre.

Minseok continuó atando sus agujetas, sentado al borde de la cama.

—Sí, tengo algunas cosas que hacer —respondió sin mirarlo.

—¿A esta hora? —Jongdae preguntó con el ceño fruncido y al sentarse las sábanas se corrieron un poco dejando su cuerpo desnudo un poco más visible—. ¿Qué cosas?

Sabía que a Minseok no le gustaba que lo cuestionara, pero no podía evitar sentirse curioso por su vida, llevaban medio año saliendo... o lo que fuera que tuvieran.

—Cosas... como hacer la despensa, limpiar mi casa, lavar mis cobijas, doblar mi ropa limpia... Oye no me mires de esa forma.

Minseok odiaba esos ojitos de borrego abandonado que Jongdae ponía cada vez que se marchaba, lo hacían sentir culpable pese a que lo habían acordado. Minseok había accedido a sostener una relación con él siempre y cuando la llevaran con discreción.

Discreción significaba secreto. En teoría su relación era estrictamente sexual.

—Es que cuando te marchas así, siento que me utilizas —Jongdae murmuró medio en broma.

Minseok sonrió. Dios, se la pasaban tan bien hasta que empezaba a hablar.

—Quédate a cenar, o invítame a tu departamento, podría ayudarte a limpiar o lavar las cobijas.

—¿Cuándo has limpiado tú? —Minseok le dio una mirada.

Seguro un niño rico como él jamás habría hecho algo tan mundano como cambiar las cobijas o siquiera tender su propia cama.

Jongdae sonrió un poco avergonzado. Minseok lo miró un segundo más de lo necesario. Era una eminencia médica, ¿qué carajo importaba si no sabía lavar? Tenía el dinero para que otros hicieran por él las cosas sencillas, mientras él se ocupaba de cosas mucho más complejas que no cualquiera sabía hacer. 

Y ahí estaba Minseok, sintiendo que su cuerpo, mente, alma y corazón se derretían ante el más mínimo atisbo de su encantadora sonrisa.

Jongdae se arrastró por la cama hacia él.

—Entonces te ayudaré a ensuciar —murmuró sobre su oído y lo rodeó con sus brazos por detrás—. O quédate un poco más y continuemos ensuciando las mías —propuso, mientras empezaba a soltarle los botones de la camisa.

No quería recurrir al sexo para que accediera a quedarse un poco más, solo deseaba su compañía, pero Minseok nunca se quedaba a dormir y aunque esa había sido una de las condiciones a las que había accedido con tal de verlo fuera de la clínica, Jongdae añoraba poder ser mucho más que solo su amante.

—¿No te cansas? —Minseok preguntó sintiendo las seductoras manos de Jongdae recorrerle el pecho, mientras sus labios depositaban pequeños besos sobre su cuello y hombros.

—No de ti —Jongdae murmuró sobre su oído y lo arrastró de nuevo a la cama.

Atrapó sus labios en un apasionado beso y cuando ya había logrado desnudarlo una vez más, su móvil empezó a sonar. Y era ese timbre especial que no podía ignorar.

Minseok se apartó, sabiendo bien de qué se trataba y él tomó su celular para escribir una respuesta.

—Parece que el bebé de los Jang está impaciente por venir al mundo —Jongdae comentó con un suspiro mientras tecleaba rápidamente en la pantalla.

Minseok asintió. Conocía a la pareja de futuros padres, llevaban el control en la clínica donde él trabajaba.

—No sé cuánto vaya a tardar, pero si quieres quedarte...

—No te preocupes por mí, iré a casa.

Jongdae asintió y se acercó para tomarle el rostro.

—No hagas planes para el viernes, quiero llevarte a cenar.

Minseok apartó la mirada de esos preciosos ojos oscuros, Jongdae sabía que estaba buscando una excusa para negarse.

—Vamos a donde tu quieras, a cualquier lugar, o podemos venir aquí y pedir algo si...

—¿Y si vienes a mi casa y me ayudas a limpiar un poco? —Minseok propuso interrumpiendo sus patéticos balbuceos.

Jongdae asintió fervientemente, sus ojos se llenaron de ilusión y sobre sus labios se extendió una sonrisa gigante. Sí, lo que fuera con tal de estar más tiempo con él.

Minseok tragó los temores que se habían atorado en su garganta y correspondió a esa sonrisa.

Carajo. ¿Qué acababa de hacer?


Gracias por estar aquí 💕

Esta historia forma parte del Baby Fest Exo organizado por Victoria-Park. Además está conectada y sucede de forma simultánea con esta:

 Además está conectada y sucede de forma simultánea con esta:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
YOURS [Chenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora