capitulo 4

245 46 11
                                    

Entrada la noche, Gusu estaba sumido en el silencio y en los sueños de sus habitantes. Hasta que un discípulo llego a la habitación del líder lan —Líder de secta! Traspasaron la barrera! —dijo, lan HaiKuan no podía creerlo —y hay una gran cantidad de resentimiento! —agregó

—Yibo ya regresó? —el discípulo negó

—Aún no. Debemos hacer algo! —exclamó alarmado, la barrera era su primera defensa contra los males del mundo, espiritual y físicamente

—Iré yo mismo, llama a todo el que pueda venir ahora e infórmale a mi tío

El discípulo le reverenció y HaiKuan se acomodó correctamente la ropa para salir de su habitación rumbo a la entrada. Para cuándo llegó, no tenía palabras, algunos discípulos estaban a su lado, algunos muy jóvenes y débiles, se sentía mareados y claramente afectados por la energía resentida

—Todo el lugar está... Es tan denso que siento como me abruma... —dijo uno de ellos con la mano en el pecho, se le dificultaba respirar

—A la entrada. Rápido! —ordenó el joven lider Lan dirigiéndose con rapidez al lugar siendo seguido de los cultivadores a sus espaldas

No esperaban ver a un joven de apariencia no mucho menor a la del líder de secta, con ropaje tradicional dónde sus colores característicos eran el rojo, el blanco y el negro.

Este individuo desató su cabello largo y ató la cinta blanca a la rama del viejo árbol. Era igual a las que ellos usaban, no se podían equivocar. Sin embargo se miraron entre si, a nadie le faltaba la cinta.

Si HaiKuan miraba bien podía notar la espada y la flauta en su cintura, además del emblema en su espalda. El aura que desprendía era pesado, los cultivadores miraron a su líder esperando una orden. El líder de la secta lan nunca había sentido algo así, estaba completamente estupefacto. Había oído hablar de gente que cultivo con el cultivo demoniaco hacía muchos años, pero nunca creyó que alguien alcanzaría tal capacidad.

Cuando estaba a punto de hablar al desconocido, este se giró. La expresión que tenía era inexpresiva, fría, y oscura, pero también triste y melancólica. Esos ojos rojos atigrados les congeló en su lugar. Todo en el decía: "no se acerquen"

El problema no duro mucho, habían pasado unos cinco segundos desde que habían llegado y en ese momento el joven se desvaneció en una niebla de  resentimiento siendo observado por todos, quienes no tardaron mucho mas en reaccionar

—Que fue... Eso —el chico preguntó, uno de sus amigos le golpeó suavemente con su codo en la costilla

—No lo viste? No era un que. Era un quién

—Pero quién podría cultivar resentimiento hasta tal punto?

—Que los más fuertes purifiquen el lugar, los demás, refuercen la barrera

—Si!

El líder dejo a los discípulos hacer su trabajo y llamo a su hermano, quien no contestó. HaiKuan se preocupó. El chico nunca desviaba una llamada de el o de su tío y teniendo a un posible enemigo acechando a su puerta, era un momento difícil. Necesitaba saber que su hermano estaba bien...

—Líder!

—La misión salió bien? Dónde está YiBo? —los discípulos se habían inclinado, cuando mencionó al joven lan, se levantaron para mirarle

—La misión fue completada con éxito —dijo el encargado del grupo

—Gracias al joven amo lan, a dos jóvenes y una niña —dijo uno de sus compañeros

—Que?

—Ellos llegaron en representación de nuestras oraciones a **... Ellos junto al amo lan, lograron completar la misión

Three thousand years of waitingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora