Heavenly - Charles Leclerc

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4 de Mayo, 2023
Miami, EUA

La brisa y el calor de Miami me reciben bajando de mi porche. Rápidamente algunas personas que me reconocieron se acercaron a mi, pidiéndome fotos. Salude y me tome las selfies que pude con algunos fans antes de entrar por fin al Padock.

Mi outfit del día de hoy era bastante sencillo al igual que mi makeup, aún así hice el GRWM que tanto les gusta a mis seguidores mientras les contaba lo feliz que estaba de asistir de nuevo a un GP de Fórmula 1.

Era normal que en los GP de Estados Unidos asistan muchos influencers y famosos pero a diferencia de muchos de ellos a mi en verdad me gusta la Fórmula 1.

Uno de los contenidos que comparto con mis seguidores es mi pasión por la gran categoría y el mundo automovilístico en general. La persona que me metió en este mundo desde que era una niña, fue mi padre y es de las pocas cosas que puedo agradecerle de haberme enseñado.

Camino por el Padock hasta el box de Mercedes donde busco a una persona en especial. Aunque no debería, ya que el equipo que me invitó fue Red Bull.

Cuando llegó un chico en la entrada me pide mi pase al box, pero en vez de eso solamente le doy mi apellido. El chico asiente y me deja pasar pidiéndome que lo siga.

Todo el mundo en el box pasa totalmente de mi, moviéndose de un lado a otro preparándose para la carrera, el día de ayer Russel chocó en la Q2 y parece que el auto aún no se encuentra del todo bien para la carrera.

Espero en una esquina del box donde el chico me pidió que esperara, tras unos minutos en los que me encontré bastante entretenida viendo a los ingenieros trabajar, mi hermana se acerca a mi dándome un gran abrazo.

—¡Mads! Te extrañé tanto pequeña.

—Se que ha pasado mucho tiempo, y enserio que que quería llamar pero necesitaba tiempo —digo aun abrazándola.

—Está bien si no quieres hablar con nuestros padres pero tus hermanas no tienen la culpa —me mira algo molesta pero más con dolor.

—No fue mi intención hacerlas sentir mal, siempre me justifico y se que está mal —digo honesta— Soy una maldita perra por eso, ¿no?

—Si, lo eres, pero también entiendo que necesitabas tiempo para procesarlo todo, Madeline —Auch, no me llama por mi nombre al menos que pase algo malo.

Soy una maldita egoísta.

—Yo... Liv... no quiero que esto esté así por mi culpa... debí llamar...

—Déjalo, estamos en donde siempre soñamos, así que no lo arruines con esto... —yo asiento— Ahora ve con los Toros Rojos y diles de mi parte que les ganaremos —dice guiñándome un ojo antes de despedirme saliendo del box.

Quería llorar.

Quería gritar ahí mismo, pero no lo hice.

Mantener mis emociones a raya de los demás es una de mis peores habilidades, no solo por cómo me relaciono con los demás, sino por el daño que me hago a mi misma.