III

13 4 0
                                    

                                                            JULIO 2009

                                                                Lucas

-Blanca, te toca. - Dice Lucía, eufórica. Estamos jugando a la botella en el puerto. Gira la botella y no le pude tocar otra persona, yo. Me sorprendió, pero quería besarla, cuando estábamos a punto de hacerlo, me paré, no podía dejar que todo el grupo viera eso, debía de ser un momento mágico.

- ¿Enserio me tengo que besar con esta niñata?

- Yo no soy ninguna niñata.

- No que va. Me voy, yo paso de jugar a estos juegos de niños. Pasarlo bien. - Me fui con la esperanza de que Blanca me siguiera. Cuando llegamos al pinar, la parte más alta y alejada del pueblo de Malpica escuché el ruido de unos pasos y, enseguida supe que era ella.

- Blanca, se que me estás siguiendo, no soy tonto. Sino, ¿Porque iba a venir hasta aqui arriba, si sabes que mi casa está muy lejos de aqui?

- Lo siento, Lucas. No me pude resistir.

- No, el que no se pude resistir soy yo. - Tan pronto como dije eso, me acerqué a ella, le cogí la cara y plasmé mis labios en los suyos. Estaba siendo mágico, tal cual como siempre había soñado, pero cuando iba a meter la lengua, me metió un empujón.

- ¿Se puede saber que estás haciendo?

- Besarte, venga, ahora dime que no lo estabas deseando.

- Pues no, que asco.

- Ya.

- Pues si, y que sepas que aunque me hayas besado, no vamos a ser novios.

- Vale, vale.

-Ah, y que sepas que no me gustas nada, te odio. 

Todo un verano contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora