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—¡Gatita~~! —gritó Jungwon, al cerrar la puerta—

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—¡Gatita~~! —gritó Jungwon, al cerrar la puerta—. Cuéntame todo y con detalles.

Haerin lo miró casi con susto, sin saber qué decirle.

—S-Son mimos —respondió, bajo, con las mejillas rosadas.

—Awww, eres adorable —el chico Danielle a veces lo hiciera.

—De todas las cosas del mundo no podía esperar que Danielle Marsh fuera así de cariñosa con una híbrida —rió un poco—. Y pensar que decía que no le gustaban.

Haerin frunció un poco los labios.

—Lo hace porque yo se lo pido —murmuró, haciendo que la sonrisa de Jungwon se borrara, el chico alzó las cejas un poco—. Ella no... Quiere mucho —La chica e encogió de hombros

—, ya lo viste —añadió.

—¿Ver qué? —preguntó de forma retórica—. Hae, conozco a Danielle desde hace años, sé que ella no haría algo así si no quisiera —dijo, la gatita la miró con duda—. Estás hablando con la persona que la vio rechazar dinero por besar a un adolescente completame enamorado de ella que no estaba para nada mal.

Haerin frunció aún más el ceño, la idea de Danielle besando a otras personas no le gustaba.

Escuchó a Jungwon reír.

—Pero contigo no es así, hae, Danielle te besó porque en serio quiso hacerlo —dijo, con un tono más agudo de lo normal—. No es la primera vez, ¿no?

Haerin negó, lo que hizo que Yang riera más fuerte y se moviera con emoción.

—¡Son tan lindas!

La más bajita sintió sus mejillas calentarse, comenzó a quitarse el gorro y su abrigo, molesta por tanto calor.

Ignoró a el emocionado humano y fue directo a la habitación de riki sin molestarse en tocar, lo encontró acompañado de Sunoo, aunque este peinaba su cabello y acomodaba sus orejas, ignorando a la tigresa que hablaba de algo que no le importaba.

—¡hae~! —dijo el conejo con emoción.

—¡Bebé tigre!

Haerin sonrió un poco, hizo una mueca molesta cuando Sunno había ido hacia ella para abrazarla, el conejito tenía bastante fuerza y sintió como le faltaba un poco el aire. Rápidamente sus amigas comenzaron a hablarle, aunque ella no las escuchaba realmente, pensando en su humana y en las palabras de Jungwon, con algo de duda, y luego de un rato de soportar a los chicos hablar, murmuró:

—Chicos, ¿es normal que tu dueña te de besitos?

Ambos híbridos la miraron con curiosidad.

—¿Sí Wonnie nos da besos? —preguntó Seonwoo, la gata asintió—. No... —murmuró pensativa—. Bueno, sí, recuerdo que una vez sí... O dos... —la neozelandesa tomó su mentón, intentando recordar, arrugando ligeramente su nariz.

—A mí sí me da besos —dijo Niki, asintió—. Desde incluso antes de Seonwoo llegara.

—¡Eso no es justo! —se quejó el conejo, frunciendo el ceño—. Yo quiero besos —hizo un puchero.
Rápidamente, Riki tomó su mentón para dejar un rápido beso en su mejilla.

—¿Te gustó?

Ambos vieron el rubor subir lentamente a las mejillas del chico.

—Tendría que recibir un beso de Jungwon para corroborar qué es mejor —murmuró.

Riki rió un poco, concebido por la ternura de su compañero.

—Dani también me da besos —murmuró Haerin—. Pero últimamente lo hace más seguido y... Me gustan... ¿Está mal?

—Los besos son lindos —dijo el tigre
—. A mí también me gustan los besos de Wonnie—sonrió ampliamente—. No creo que esté mal algo tan bonito.

—No es justo que hablen de eso frente a mi —se quejó Sunno

Nishimura suspiró con cansancio.

—¿Quieres que te dé un beso de Jungwon para que veas cómo se siente?

Seonwoo arrugó un poco su nariz, pero no respondió. Sin pensarlo dos veces, Riki se giró más hacia el para tomar sus mejillas y juntar sus labios, cerrando los ojos mientras lo besaba con profundidad.

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⋆ bad luck.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora