Alisa y Adriel son dos adolescentes demasiado opuestos.
Ellos se conocen en un hotel.Sus dos madres se reencuentran y resulta que eran mejores amigas.Alisa sintió curiosidad por Adriel pero lo detestó cuando el la trató de forma grosera.
Alisa y Adr...
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El avión tocó tierra en el aeropuerto.Pude sentir los rayos del sol rozar mí piel cuando mí madre y yo recorríamos la gran playa.Se oían las pequeñas olas del mar chocando entre ellas, creando una gran melodía para mis oídos.El cielo era un desierto sin nubes en donde solo el sol resaltaba.Las personas estaban reunidas en la playa.Algunos jugaban al vóley,otros dialogaban sobre sus vidas, habían niños jugando en la arena.Era una escena muy alegre.
Salí de mí nube de pensamientos cuando escuché a mí madre rechistar.
-¡Alisa! ¡Caminá más rápido! Necesito llegar al hotel y descansar un rato luego de haber soportado ese largo viaje -Mencionó mientras caminaba a paso acelerado.
-¡Ya voy! -aceleré el paso mientras seguía contemplando la cálida brisa.
***
Finalmente entramos en la habitación del hotel.Deambulé con las maletas hasta encontrar mí habitación. El cuarto era pequeño, perfecto para una persona.Me desplomé en la cama mientras una cálida sonrisa apareció en mí rostro.El colchón era suave y grande,no era nada comparado a mí pequeña e incomoda cama en Texas.
Me levanté,me puse manos a las obras y empecé a acomodar mis cosas en mí nueva cueva.
-¿Podes creer que en el baño no hay bañera? ¡Yo quería relajarme y resulta que hay una ducha! -Exclamó mí madre mientras se apoyaba en el marco de la puerta.
-¡Oh! ¡Que desgracia! -Contesté en un tono sarcastico-¿Puedo salir a caminar por la playa? ¡Ya he terminado de guardar mí ropa! -Supliqué mientras miraba a mí madre con una linda sonrisita para que sintiera lástima y dijera que si.
-Está bien -suspiró -¡Pero no llegues tan tarde! Cualquier cosa,te llamaré por teléfono.
Asentí con la cabeza y a paso acelerado salí de la habitación.
Conté mis pasos mientras deambulaba por el pasillo.Un habito muy normal para una adolescente de dieciséis años. Ya llevaba veinte pasos,hasta que perdí la cuenta cuando de repente me choqué contra alguien que pasaba.
-¡Ay! ¡Lo siento! -Balbuceé.
Noté al alto chico de cabello negro que me miraba como si hubiera hecho algo ilegal.
-Fijate la próxima vez,niña ratón -Replicó en un tono severo mientras pasaba de largo sin siquiera mirarme o disculparse.
-¡Que chico tan grosero! -dije en mí mente mientras lo observaba marcharse hacia una habitación. No pude detener mí curiosidad y me quedé hecha una estatua,analizando al chico.El iba desarreglado,vestía con unos shorts sueltos y una remera blanca.Su cabello desordenado era oscuro,su piel albina,sus dos oscuras ojeras,el piercing de su labio inferior y su mirada de desinterés que completaba el combo de chico "sin amigos".
