Louis estaba cansado de la clase de Biología, era sin duda alguna la peor asignatura. Tenía el consuelo de que Harry llegaría a buscarlo después de clases. Su teléfono vibro desde su bolsillo con un mensaje en este:
'Te espero detrás de la escuela, pequeño. Hxxx'
Un furioso sonrojo se asomó en sus mejillas. Sin embargo, este se esfumo tan rápido como llegó ya que callo en la cuenta de sus palabras. 'Te espero detrás de la escuela, pequeño'. ¿¡Pequeño!? Había que admitir que le gustaba que le llamase así, pero tan pequeño no era, también era cierto que Harry no era mucho más mayor o grande que el. Su diferencia de edad eran unos casi 3 años, pero el rizado tenía más musculatura y le sacaba fácilmente una cabeza, otra cosa que había que tener en cuenta era los comportamientos de cada uno. Harry ya estaba al tanto de el síndrome del menor y de porque actuaba así, y, para su sorpresa, no le había molestado en absoluto, es más, le hacía ser mas protector y celoso sobre él. Puede que, si que fuera pequeño para el rizado, era justo eso lo que lo enfurecía, no quería que eso se interpusiera en su relación.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la campana que indicaba el fin del horario selectivo. 'Hora de la salida' se dijo a si mismo.
Y nadie podía borrarle la preciosa sonrisa de la cara.
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Y estaba en el callejón que conducía a la parte trasera de la escuela, el aparcamiento casi vacío ya que pocos estudiantes tenían una licencia. Justo cuando iba a salir unas manos se agarraron firmemente en sus caderas. Ya se estaba imaginando miles de ocasiones distintas: Un asalto, robo, violación. Seguramente acabaría muerto sí o sí. Como extrañaba a Harry en ese momento, como deseaba que el que le sujetaba fuese él, pero no tenía agallas para girarse y confrontar al 'desconocido'.
"¿Harry...?" Masculló. Sintió respiración en su oreja y todos sus músculos se contrajeron.
"Aquí estoy, Lou" Susurró en su oreja.
Su alma volvió a su cuerpo." ¡Qué susto me has dado!" chilló girándose y golpeando repetidas veces el pecho del rizado.
Pese a la fuerza usada por parte del más bajo, para el mayor fueron simples hormigueos algo molestos acompañados de risitas. "¿Quién pensabas qué era?"
"No sé, un violador o.." no pudo continuar por que Harry comenzó a reír histéricamente. "¡Eh! ¡No te rías!" más risas se escucharon por parte del oji-verde.
"Venga, vámonos".
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Apagó el motor de la moto al llegar en frente de la casa de Louis, pues iban a pasar la noche juntos, Harry se bajó de esta y agarro las caderas del contrario que aún estaba subido en el vehículo con una mueca de molestia. Se acercó a los labios del oji-azul, depositando un caso beso en estos y bajando al menor. Vio como el castaño en dirección a la puerta de su casa. Apresuradamente, se desabrochó el casco y corrió para abrirle la puerta cual caballero (cosa que, precisamente, no era).
Al entrar, Louis se sentó en el sofá y abrió la mochila del colegio con enfado.
"¿Sigues cabreado conmigo?" Preguntó el más alto. Sin embargo, el oji-azul no contestó. "Oh, vamos. ¿En serio crees que te hubiese podido pasar algo si yo estaba cerca de ese callejón? No seas tonto" Dijo con incredulidad.
"Eso es lo que me fastidia..." El mayor hizo un sonido de duda ladeando la cabeza y el más bajo continuó. "crees que soy infantil" En ningún momento llevó su vista a el rostro del rizado.
"Mocoso" Se sentó cuidadosamente a su lado tomando su rostro en sus manos, haciendo así que este lo mirara fijamente. "Eres pequeño e infantil. ¿Crees que no lo sé? Pero, te me haces súper adorable. Simplemente me hizo gracia como reaccionaste. Es T-O-D-O. Todo." Louis estaba con los ojos vidriosos a punto de decir algo, pero, de nuevo, Harry interrumpió. "Mierda, Ya me has pegado tus mariconerias"
"Y lo acabas de fastidiar"
"Acostumbro a hacerlo. ¿No te has dado cuenta?" Bromeó.
Sin previo aviso Se abalanzó sobre el cuerpo del rizado si escondió su cara en su pecho.
"Ya, pequeño" Suspiró "Siento haberme reído de ti"
"Tranquilo, Gayrry" Dijo el castaño con complicidad.
"¿Cómo me has llamado?" Louis apretó los labios en forma juguetona y echó a correr en un intento de que el más alto no le alcanzara. "¡Vas a morir, pequeño mamón!" Amenazó.
Y, más o menos, así fue. Estuvieron persiguiéndose un buen rato hasta que las piernas del oji-azul fallaron y, tras el cansancio, se quedaron dormidos. Louis acurrucado en el pecho de Harry mientras este se dedicaba a contemplarlo y jugar con algunas de las hebras castañas.
