Sueños.
Últimamente no he podido dormir bien, no cuando tus sueños son pesadillas que al despertar se vuelven realidad. Las cosas no han ido bien, no desde hace mucho.
A veces uno se pone a pensar en que cada noche hay una persona sangrando con sus heridas abiertas, llorando para que el dolor cese. Hoy es una noche donde todos lo extraños lloran y soy uno de ellos.
Despierto, estoy sudando y he mojado las sábanas con el sudor. Trato de arreglar todo el desastre que he causado, sé que ya no podré dormir así que sólo lo dejo y bajo a la sala.
Me quedo recostado en el sofá grande, mirando al techo con la cabeza en blanco y así me quedo durante un rato.
Había pasado, tal vez, una media hora desde que baje o más, escuche pasos por la escalera, pensé que sería mi madre pero me sorprendí sabiendo que era Liam. Él prendió la luz de la lámpara de la mesita y se acostó a mi lado en el sofá y como era grande no fue nada incómodo, hasta casi fue lindo, casi.
Me besó la frente y paso una mano por mi cabello, puso mi cabeza en su pecho insitandome a dormir. Era reconfortante tener calor cerca así que trate de obedecer. Me susurró algo antes de que me abrazara:
-Sabes que todo esta bien, Zayn. - y bajo su voz un poco más, como si lo que fuese a decir fuera el secreto más grande- Te amo, sin saber cuánto.
Luego me abrazó y me aferre a él, derramando una que otra lágrima, pero a pesar de todo le di una sonrisa rota, más rota que yo.
-Yo también te amo, Liam.- y me quedé dormido, sintiendo el abrazo sobreprotector pasandome calor, transmitiendo lo que ninguno de los dos nos atrevemos a decir y hacer.
Al fin y al cabo siempre terminamos juntos, sólo él y yo.
