prologue

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》El sufrimiento consume la verdad de cuánto nos puede lastimar el mundo y el dolor consume la mentira de que podemos soportarlo

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El sufrimiento consume la verdad de cuánto nos puede lastimar el mundo y el dolor consume la mentira de que podemos soportarlo.

Su rostro se mostró debajo de las las templadas aguas; sus ojos destellando en cristal azul se abrieron lentamente, sintiendo el peso de la nieve que estaba en sus pestañas.

Estaba rodeado de trozos de hielo y gracias a eso sentía inmóvil todos sus músculos como para poder apartar los que se presionaban contra su desnudo cuerpo. Su cabello negro estaba congelado al igual que las lágrimas que habían intentando salir, cuales raspaban su delicada tez causándole irritación. Sus carnosos labios estaban morados y su piel canela estaba arrugada por el largo tiempo en el que había estado ahí.

La fachada que da la gente rota trata sobre continuar fingiendo que pueden aguantar más de lo que ya han recibido con el pensamiento que de esa manera están fortaleciendo lo que los mantiene vivos, olvidando que deberían de atender los moretones que causó la primer caída.

Las paredes grises a su alrededor lo hacían sentir enfermo, lo hacían recordar distintos sucesos que vivió en esas cuatro paredes a lo largo de los años desde que su lobo se presentó.

El olor a medicina recorría el lugar como un recordatorio del porqué estaba ahí mientras él intentaba olvidarlo y solamente sumergirse en el frío dolor de aquella pileta.

Era casi imposible para un pobre joven no verse abusado; con tan sólo cerrar los ojos era como si regresara al momento.

Claramente escuchaba sus gritos, sus ruegos; podía verse en tercera persona implorar por un perdón como si nacer alguna vez fue decisión de él.

Grandes postes de cemento se elevaban hasta el techo. Él nunca entendió si eran sólo decoración o con eso también tenía que ver con obligarlo y hacerlo sentir más débil, y por ende, más controlado.

En toda la habitación, lo único que había era una lúgubre soledad y él; un chico flotando en agua casi congelada como método para hacer que su celo se posponga a largo plazo.

Su mirada era gelida, siendo fija en un solo punto del techo. Casi muerta y como si fuera el Ojo del mar en medio de una tormenta dispuesto a tragarte.

Pero, ¿siempre había sido así?

Taehyung estaba apunto de cerrar los ojos cuando una aguda alarma empezó a sonar en una de las esquinas del cuarto despertando sus sentidos al instante, haciendo que su iris empezara a dilatarse y su vello corporal a erizarse.

Las enormes compuertas de metal hicieron un fuerte ruido al ser abiertas y las ruedas chirriantes de un carro hospitalario hicieron que su respiración empezara a ser profunda y constante.

Intentó tragar saliva y sintió cómo si su garganta estuviera llena de sangre coagulada. Movió sus extremidades con lentitud, sintiendo el dolor en todas sus articulaciones por no haberlas movido por más de una hora y media.

Bloody Moon ✧ kookv Donde viven las historias. Descúbrelo ahora