1. Los inicios

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— Muy bien niños, suban a conocer sus nuevas habitaciones

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Muy bien niños, suban a conocer sus nuevas habitaciones.— Le indicó el señor Kuroo a sus hijos en cuanto terminaron de saludar a sus abuelos.
Han pasado dos años desde que Hana-san falleció, el brillo de sus ojos se han apagado desde entonces hijo.— La mayor estaba preocupada por sus nietos, el hecho de que decidieron mudarse con ellos la dejaba más tranquila sabiendo que los tendrá cerca cuando su padre salía por trabajo.
[Suspiro] Así es mamá, la verdad es que desde entonces todo se ha complicado, Yumi comenzó a tener terrores nocturnos y Tetsurō se ha vuelto más callado... No podía dejarlos más tiempo sin cuidados, Gracias por recibirnos.— Dijo un poco aliviado.

El hombre estaba angustiado y no había tenido un tiempo en el que en realidad llorara la muerte de su gran amor. Se mantenía ocupado con juntas y viajes para evitar pensar en lo ocurrido, sus hijos se sentían cada vez más solos y la única familia cercana que tenían eran sus abuelos paternos.

No debes agradecer nada hijo, sabemos lo difícil que puede ser... Ahora ve, se te hará tarde. Cuando vuelvas puedes presentarles a los vecinos, allí vive Taro-kun y su esposa, tienen un hijo de su edad... Así podrán tener un amigo en el vecindario.— El abuelo Kuroo lo tranquilizaba mientras que lo acompañaba a la salida, su hijo siendo un hombre de negocios tenía que salir a cumplir su labor.

*Mientras tanto los niños...

¿Yumi?... ¿Ya viste tu habitación? El mío está en frente por si...— El mayor se paró de golpe al ver el rostro lleno de lagrimas de su hermana, se acercó preocupado.— ¿Qué sucede? ¿Te duele otra vez? Llamaré a la abuela.— Antes de que se aleje lo tomo de su camiseta deteniendo su caminar.
Estoy bien... Solo extraño a nuestra casa... Quiero volver a casa. ¡Quiero a mamá!—

La niña de siete años se negaba a aceptar que su madre ya no estaba con ellos, era su mayor administración y su pérdida le afectó bastante.
Su hermano solo la abrazaba y ocultaba algunas lágrimas para que no lo vea mal, solo era mayor por un año pero prometió ser quien estaría siempre para ella.

Yo también la extraño pero papá dijo que ella nos está cuidando desde lejos, sabes que puedes hablar con mamá cuando quieras y te escuchará.—  Miro a los lados para ver qué nadie los oyera y se acercó a su oído.— Yo lo hago en las noches... Shh.— Le dijo como si fuera su gran secreto y provocó una risita en su hermana.
Está bien, lo haré...— Volteó a la ventana para mirar el cielo despejado, por primera vez no estaban rodeados de edificios como en la ciudad.
¡Oye no es justo! Tú tienes vista a la calle, mi ventana solo da al patio trasero.— Su hermano se puso a su lado mirando hacia afuera también, la pequeña se rió ganadora hasta que sintió como revolvian su cabello.
¡Deja mí cabello! Lo arruinas...— Habia cambiado sus clásicas trencitas por el cabello suelto y flequillo largo que le ocultaba un poco su rostro.
Niños... — Hablo su abuela golpeando la puerta.— ¿Qué les pareció sus cuartos? Luego podrán decorarlos como gusten.— Ambos le respondieron que sí con media sonrisa, entre ellos podían hablar mucho pero cuando alguien más los veían era inevitable ser más tímidos incluso con sus abuelos.

Siempre Tú...|| Kenma Kozume X OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora