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𐬽𐬼𐬽𐬼𐬽𐬽𐬽𐬽𐬼𐬽𐬼𐬽𐬼𐬽𐬼𐬽𐬼𐬽𐬼𐬽𐬼𐬽

Me desperté en la cama con las sábanas arrugadas bajo mi cuerpo casi desnudo, y al abrir los ojos, eché de menos que allí estuviesen los de Nicolas,observándome intensamente, tratando de adivinar mis sueños, el siempre lo hacía. Cuando se despertaba, se quedaba a mi lado, viéndome dormir, como si fuese un espectáculo, hasta que llegaba el momento en que yo abría los ojos y comenzábamos a discutir.

Supongo que dejarlo fue la mejor opción y era hora de pasar página, comenzar nuevos proyectos y terminar otros.

Me puse la camisa del pijama, que estaba tirado junto a la cama, y salí al pasillo. Me fijé en las dos maletas que ya estaban hechas a un lado, Nicolas tenia 19 años y yo me había venido a pasar un tiempo a su casa, supongo que esa decisión habría sido el início del fin.
Me aseguré de que el no estaba en casa y entré a la ducha, esperaba estar fuera antes de que volviese, cuanto menos contacto mejor.

Mientras me aclaraba el pelo mi teléfono comenzó a vibrar, lo dejé pasar, quien fuese podía esperar unos minutos mas, pero siguió insistiendo ya iban 3 llamadas.
Al final, me di por vencida y salí de la ducha, me sequé la mano derecha con la toalla y agarré el teléfono.

—¿Gustav?— pregunté extrañada por su llamada.
—Tara? ¿Estás ocupada?— Preguntó desde el otro lado.
—Lo estaba hasta hace un rato, pero no—puse el teléfono en altavoz para vestirme y ahorrar tiempo, Nicolas llegaria alrededor de 20 minutos, y queria estar fuera para ese instante –Necesitas algo?

—Te acuerdas de aquel dia que te invité al estudio? Necesito que me ayudes con la canción que me ayudaste a componer, a los chicos les a gustado.

—No sabía que se te daba tan bien escribir Tara!

Ese era Bill? Porque Gustav les había enseñado la canción!? La compusimos un día borrachos, después de una fiesta en la que Nicolas y yo habíamos discutido, bajo mi criterio lo unico bueno que tenia la letra era toda la rabia que solté en ella.

—Les has enseñado la letra?

—Si, luego hablamos de eso, pero entonces, puedes venir hoy?

Me replantee unos segundos el plan, me fijé en las maletas que seguían allí ¿acaso tenía algún lugar mas al que ir que no fuese la casa de mis padres?

—Claro— respondi sin pensarlo mucho más o me arrepentiría

—Genial, mándame tu ubicación y pasan a buscarte.

Me despedí y colgué. Lo importante ahora era. ¿Donde cojones estaba la libreta en la que estaba escrita la canción?
Entré en pánico, no la había guardado en las maletas y mis cajones ya estaban vacíos.

Me vestí con rapidez después de enviarle mi ubicación a Gustav.

No conseguí encontrar la maldita libreta, que le den, Nick llegará en cualquier momento y no quiero estar aqui.

(...)

—Entonces nos podrás ayudar o no?

Podría jurar que llevabamos una hora ahí sentados releyendo una y otra vez las pautas escritas hacía meses.

𝐑𝐀𝐌𝐄́ | Tᴏᴍ KᴀᴜʟɪᴛᴢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora