cuándo alguien me amaba | haruchiyo sanzu

invierno

De estación en estación, entre los dos había unión, y nada más nosotros cómo debía ser.

¿Lo amabas como le dices? Tu manera de ver hasta las cosas más simples le ha encantado, su corazón se siente vivo al tenerte cerca de él. Te ama.

Y sus carismáticas pláticas, dónde le dabas la suficiente importancia a lo que él te decía, estaba también tu cálida sonrisa tan dulce cómo tus palabras a él. Le encantaría describir mejor sus sentimientos, ya qué siente, que pocas veces logra decirte lo que siente.

Tus ojitos bonitos lo miran. Su corazón está próximo a reventar, acabas de llegar y el frío se apodera del lugar, aunque el abrazo que le diste lo hace olvidarse de aquel malestar.

- Debes abrigarte más Haru-. Le dijiste demandantemente, aunque soltaste una pequeña risa relajando lo que habías dicho. Abriste tu bolso y sacaste algunas cosas para abrigarlo mejor. -Supuse que vendrías así. Por eso te traje esto, póntelo-. Se las entregaste y se te las colocó.

Acomodó las cosas y te miró. Le sonreíste y acomodaste las cosas en su lugar, era tonto para ese tipo de cosas sencillas. Tomaste su mano y comenzaste a caminar junto a él.

- ¿Cómo? -te dijo sorprendido luego de escuchar aquel chisme de tu escuela.

- También dije lo mismo cuándo me enteré, se me había olvidado decirte. Ahora no podré ver a esa muchacha de la misma manera, me caía bien y la consideré mi amiga. Es mala.

- Demasiado hipócrita, si eso dice de tus amigas no quiero imaginar si dice algo sobre ti. Es mejor que te alejes de ella-. Te dijo con un poco de preocupación, ahora debía investigar un poco sobre esa chica tonta. Abrió la puerta del local al que iban a comer. Sencillo, pero lindo, no podían ir a otros lugares porque ninguno tenía los recursos como para pagarlos.

Para ti ir a esos lugares era lo mejor del mundo, te sentías cómoda y tenías a la persona que más amabas junto a ti.

El invierno podría ser su época favorita porque era cuándo podrían encontrarse más seguido sin reproches de tus padres. A tu papá no me agradaba porque lo había visto con las pandillas; sin embargo, a tu mamá le parecía bien que estuvieras con un muchacho que te hiciera feliz y te tratara bien, no tenía algo para odiarlo y pensaba que la idea de tu padre era simplemente ridícula porque nunca se debe juzgar a alguien de esa manera.
La navidad y año nuevo sin papá parecía mal, aunque era lo mejor así no tenías problemas con tu familia.

- Tengo un regalo muy bonito para ti Haru. -le dijiste y sonreíste. -Aunque primero debes cerrar los ojos.

- No quiero-. Te dijo con simpleza sin mirarte -No te estoy mirando, ponlo delante de mí y ya.

- Bobo, tenía que ser más bonito. Cómo es nuestra primera vez estando juntos en navidad, pero conociéndote supuse que harías eso-. Abriste tu bolsa y colocaste un gran regalo sobre sus piernas.

Sus ojos se abrieron y te sonrió, miró con curiosidad la caja con envoltura rosa y un gran moño dorado.

- De verdad no debiste, por eso estabas como tonta con esa gran bolsa-. Río, se acercó a ti para tomarte por la barbilla y plantarte un beso en los labios. - Te amo mucho, gracias. Te daré también mi regalo y luego los abrimos juntos.

Le sonreíste y asentiste. No te pido más y miraste como saco una bolsa; era un regalo mediano, sin embargo, estaba pesado. Te acercaste a él y lo abrazaste, acariciaste tiernamente su cara para finalizar con un dulce beso.

- Ya podemos abrirlos cariño...

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