𝘮𝘺 𝘩𝘰𝘮𝘦

two

Cuando me case con katsuki, era porque sabía que el y yo estaríamos juntos durante toda nuestra vida, o al menos lo que restaba de ella. Aquel día baile con el y pude saber que alegría se sentía en el pecho cuando te ponían un anillo en tu dedo.

Estaba tan feliz que nadie me saco de mi burbuja de fantasía, aún con aquella noche tan linda y llena de sentimientos nada de mi fantasía se había desvanecido.

Estaba plenamente feliz, de saber que nada ni nadie podría quitarme aquel título en la vida de Kats. Ingenuamente creí que todo sería miel y ternura luego de cinco años de ello, sin embargo las misiones cada día eran más pesadas, a tal grado que solo llegábamos a dormir.

Y nuevamente, ingenuamente creí que eso no afectaría en nada.

Hasta aquel 11 de enero, desperté con la idea de pasar tiempo con mi esposo, sin embargo este ni siquiera había pedido permiso para faltar aquel día tan especial, me depremia pero creía que este llegaría en la tarde con una linda sorpresa.

Grata fue mi sorpresa al verlo en un bar con sus amigos.

Llegó la noche y sople las velas de mi pastel, me sentía triste pues realmente creí que bakugou la pasaría conmigo aquella tarde.

-ya llegué...- mire hacia la puerta y simplemente asentí

Bakugou pareció ver el pastel, que se mantenía en la mesa mientras yo me levantaba y Hiba por un par de cosas a mi habitación, cuando regrese el terminaba de acercarse a mi.

-mierda...lo olvide en verdad lo siento sho- no lo deje terminar y simplemente negué

-no es nada que importe, entiendo- el me miró con el seño fruncido

-realmente no sabes el estrés que tengo desde hace meses, disculpa lo olvide, pero no quita su importancia -

-si fuera importante lo recordarias, kats.- suspiré - me llamaron de la agencia, me necesitan.

Lo deje aquella noche en casa, totalmente solo mientras que yo iba hacia la agencia, realmente nadie me llamo pero quería olvidar aquella pequeña decepción, después de todo, durante cinco años consecutivos jamás se le había olvidado.

El primer año fui a la agencia, el segundo simplemente me dormí temprano y este tercer año termine llorando en casa totalmente solo. Era otro 11 de enero y bakugou lo volvió a olvidar.

Trate de no llorar, pero era injusto que yo recordara su día especial y el ni siquiera trataba de disimular que se le olvidaba por completo, lo peor era que hace poco llamaron de su agencia diciendo que cuando el estuviera mejor de su estrés, podría regresar a su horario normal de labor heróica.

Suspiré con pesar y termine por abrazar mis rodillas, no solo era eso. Hace dos años las peleas entre nosotros eran constantes y su forma violenta de reaccionar ante estás me estaban haciendo decaer de lo que hace 8 años me había "recuperado".