Prologo

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Los gritos de hombres fuertes y despiadados, están quedando atrapados en el vacío de mi pequeña cuerva. Mi sollozo debe ser suave y silencioso para no terminar como aquella loba...mi madre. Tenía miedo y estaba desesperada, estaban matando sin piedad a mi mama. No sabía qué hacer. Estábamos solas.

Helicópteros y camionetas de último modelo, aparecieron de la oscuridad de la noche y del ruido de radios, arma cargándose, gritos y órdenes. Una nueva oleada de hombres bajaban a la tierra con más armas y con más precaución.

-¿Es ella?- pregunto un hombre de traje saliendo de un auto.

- No lo sabemos con exactitud, pero tiene característica similares a ella, señor.

El hombre se acercó a mi madre, que estaba atada de patas media moribunda de tantos golpes y balazos.

-Sin duda es ella.

-Señor, no lo sabemos, tenemos que...- el hombre apuñalo al soldado de armadura negra y lo tiro bajo un árbol con una fuerza sobre natural o mejor dicho sobre humana. Nadie defendió a nadie. Nadie dijo nada. -¿Alguien más?

Tiro la daga al suelo y se acercó a mi mama:

-¿Eres la bestia que estamos buscando?- dijo mientras le acariciaba la cabeza para luego acercarse a su oreja y susurrar- me parece que sí, cualquier otro animal hubiera muerto con un simple balazo al corazón y tu ni te has inmutado, Caelestis

Mi madre abrió grande los ojos con desesperación, cuando el hombre giro su vista justo donde estaba mi escondite como si supiese con exactitud donde me encontraba, sentí sus ojos clavados en los míos, eran fríos y siniestros. Mi mama como otro intento de salvarme, aulló fuerte y consonante, provocando la furia del bosque, y que se cerrara mi única salida de la cueva...

Ojala EntendieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora