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Prólogo

El ambiente era tranquilo. El olor a petunias se sentía en el lugar, las gotas caían sobre el enorme ventanal y se deslizaban delicadamente una, a una, en la cama guardaba un Omega, quién estaba exhausto después del intranquilo parto que había surgido con dificultad, debido a los propios cuidados qué se habían tomado mientras estaba aún en cinta. Allí aquella tarde el 4 de Julio había nacido un tierno bebé quién aún no abría los ojos y tampoco había emitido sonido al nacer, su progenitor del cansancio ni siquiera fue dado al tanto de lo acontecido, y le recibió en sus brazos mientras le brindaba protección y propio reconforte. Su otro padre confundido aún por la situación sin saber qué decir o cómo actuar, histérico de haber mantenido por tanto tiempo la mentira de hijo bastardo y dejarse influenciar de amor tan enfermizo fruto de algo prohibido entre dos omegas de diferentes rangos sociales

un comerciante y miembro del clero de la capital real

Influenciado del propio deseo carnal que su religión aborrecía y por el qué tenía qué alegar castidad roto por aquél comerciante quién quebró aquélla dura dictadura con tan solo su presencia Reino Unido y su cálida mirada pero serio semblante acompañado de tan exquisito olor a petunias...

Y junto a el descansaba ahora su hijo vivo o muerto, ni siquiera había tomado la molestia de mirar sumido en la preocupación de qué hacer sin involucrarse el o a su amante sabía bien qué lo apoyarían y escudarian diciendo qué fue el diablo quién venía en compañía de aquél hombre y lo había envenenado con lavia y magia puesto en la hoguera o en alguna otra tortura cómo reprendimiento y cuánto a el obligado a ver y convertirse en la sombra o perra de alguno de los mismos miembros del clero con tal de no difundir tal acontecimiento

Si no pudo persuadir a su pareja en ese entonces aún podía matar a la criatura, el la mataría

Ahora

Mientras aún
Podía

En contra de su propia ética y moral, deseo qué estuviera muerto aquél niño. Empujó la puerta para entrar a la habitación qué era iluminada por leves rayos de luz qué se teñian de un gris por las nubes de lluvia. Sus pasos se enmarcaron por un leve zapateo qué anunciaba cada vez su menor cercanía, su cara sumida en la oscuridad mirando con desden al niño y tan pronto como acerco su fría mano y estuvo lo suficientemente cerca esté, se removió entre el pecho de quién lo mantenía arropado entre sus brazos deslizó su mano hasta el cuello de la criatura y pensó, en qué eso era lo mejor, el bebé empezó a removerse inquietó y chillar débilmente apenas abría su boca para sacar un suspiro

No aguantará mucho es débil

Es lo mejor

Pensó y cuestionó dudoso, pero no pudo continuar. Cayó rendido al suelo desconsolado, llorando, mirando a su pareja quién mantenía una cálida sonrisa. Tomó su mano y cuánto noto esté yacía muerto y lo último que le dejo a el, fue en su  memoria los momentos qué pasaron y fruto del amor qué había aborrecido en el momento en qué se enteró de la llegada del niño y entre amargó suceso recordó vagamente como Reino Unido le había querido poner al bebé que esperaban

Estados unidos

Lo que había pasado con Reino Unido había sido incierto, pues España no se había quedado a esperar el castigó qué vendría con su muerte, se llevó al niño en brazos y partió entre la tormenta y frío uso su propio cuerpo, sacando fuerza en los errores del pasado y usando eso cómo reprendimiento para recordarse así mismo qué lo qué estaba viviendo era su culpa y así cómo se había condenado a él y asu difundo amante. La única redención qué tenía era qué aquél niño no sufriera de las penurias de sus equivocaciones y mantuviera una vida plena lejos de el. Era claro qué no podría vivir en paz, no con el asu lado pues cargaba con los pecados de los cuales el único del qué ahora se arrepentía era de haber sido siempre un cobarde tal y cómo lo estaba haciendo ahora recorriendo un largo camino para dejar a su suerte al pequeño en un horfanato en la puerta, al qué le deseo lo mejor le dió su bencion y puso su nombre en una nota algo arrugada y se marchó, aquel infortuno comienzo del pequeño sólo era un tropiezo en su vida en la qué de grande no recordaría

"Entre mentiras"   Rusame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora