❁⁎✬⁂【:.One-shot.:】⁂✬⁎❁

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Era una tarde soleada en Nerima, y a Ranma le había dado un poco de hambre. Se supone que los Tendō habían salido junto a su padre, aceptando la invitación a comer que les había hecho del Doctor Tofu hace unos días, pero él tenía cosas que hacer en casa: estudiar, por ejemplo.

¿Estudiar? ¿Él? ¿En lugar de entrenar o comer gratis? Sí, ¿por qué no?

—¡Mi amado, Ranma! ¡Vamos! Dame un sólo beso, ¿sí? —insistía Shampoo, sin soltarlo del cuello.

Se supone que él había ido al restaurante de su amiga Ukyō para buscar algo delicioso; un antojo. Pero justamente afuera del establecimiento, Shampoo lo interceptó, poco después apareció Ukyō y... las cosas comenzaron a tornarse ruidosas, otra vez.

Ranma Saotome, a sus 18 años, ya estaba cansadísimo de todo este show de secundaria. Estaba harto de ser acosado por Shampoo, Ukyō, Kodachi y todas sus incontables prometidas con las que su padre le había prácticamente vendido durante su niñez.

Siempre aparecía una chica diferente que aclamaba ser su futura esposa, ¿de dónde saldrían? ¿Quién sabe? Pero todo el tiempo aparecían nuevas cada año.

—¡Aléjate de él! —oyó ahora a Ukyō, sujetándole su brazo derecho.

—Chicas, sólo quiero comer un okonomiyaki —musitó un poco cansado, con los ojos entrecerrados, tratando de rejuntar toda su paciencia.

Había estado días y días enteros estudiando, incluso algunas noches se quedaba en vela leyendo libros. Algo que claramente su "yo" de 16 años jamás pensó que haría algún día.

Estaba cansado. Mucho. Y el oír a Shampoo y Ukyō gritándose no le hacía sentir mejor. De hecho, comenzaba a dolerle la cabeza.

—Chicas... chicas... por favor...

Ninguna lo oía.

Nunca nadie lo oía.

"Ranma es mío".

"Ranma es mí prometido".

"No permitiré que te lo lleves".

"No te dejaré ser su esposa".

¿Esposa?

¿Qué les pasaba? ¿Acaso esas dos seguían enfrascadas en sus 10 años? ¿Esas dos nunca pensaban en un futuro sin él como marido?

Él debería estar preparándose para su examen de ingreso a la universidad, no pensando en desposarse. No cuando aún seguía viviendo como un mantenido en la casa de los Tendō junto a su padre.

Y hablando de los Tendō...

—¡Ranma! —exclamó Akane a lo lejos.

Oh no. Aquí venía otra vez.

—¿Vienes a darnos las felicitaciones a mí y a mi futuro esposo, Akane? —preguntó Shampoo sonriente, afianzándolo más de su cuello, asfixiándolo con esa inmensa fuerza que poseía.

Eso lo tomó desprevenido, por lo que no pudo zafarse. O al menos no podía hacerlo sin lastimar a Shampoo.

—¡Espe...! ¡No puedo...! ¡Respi-rar! —decía él entrecortadamente.

—¡Suéltalo! ¡Mira lo que haces! ¡Eres una salvaje! —se enojó Ukyō, jalándolo del brazo, haciéndole aún más daño.

—¡Tú suéltalo!

—¡Shampoo!

—Aka... Akane... —quedándose sin aire, Ranma extendió su mano hacia ella.

Está vez estaba siendo sincero, necesitaba que Akane lo auxiliase.

𝓛𝓪 𝓓𝓮𝓼𝓮𝓼𝓹𝓮𝓻𝓪𝓬𝓲𝓸́𝓷 𝓭𝓮 𝓡𝓪𝓷𝓶𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora