I. las disculpas que rompieron el vaso

7 0 0
                                    

Cristian es bonito.

Cristian huele a rosas.

Cristian sabe decir perdón.

La primera vez que lo escuchas sentis culpa, y aceptas.

Le segunda lloras por haberla hecho llorar, y lo aceptas.

La tercera volves a sentirte mal porque el llora mientras se hecha la culpa, y lo aceptas.

La cuarta comenzas a sentir que nunca va a cambiar pero te sentis mal por no confiar, y lo aceptas otra vez.

La quinta te cansas, pero lo aceptas.

La sexta dejas de creerle, pero lo aceptas.

La séptima crees que solo lo dice por compromiso, y lo aceptas.

La octava te cansa pero ahí seguís. Aceptando su perdón.

La novena empieza a no importar si lo dice o no.

Y la décima... ya no lo escuchas, tampoco lo aceptas, pero le haces creer que si.

Mi mente dejo de creerle las disculpas a Cristian cuando entendí que lo dice para no sentirse tan mal, lo siente de verdad, pero le cuesta darse cuenta de la responsabilidad que debería tomar luego de pedirlas.

Aún no parece comprender el cargo que se hecha encima a la hora de pedir disculpas.

Estuve un año y tres meses saliendo con Cris... lastimosamente tuve que forzarme a dejar todo a un lado cuando sus "perdón voy a tratar de cambiar" empezaron a ser más repetidos que los "buenos días amor", diciéndolo así suena a que Cristian se metia con cualquiera y luego se disculpaba, pero no era así.

Sería más fácil si hubiese sido así.

Cristian es complicado y le tiene miedo a todo lo que se relaciona con "dejarlo solo" y por esa razón se fuerza a hacer las cosas bien. Por esa razón lo dejé, sus intentos de ser mejor para mí me consumieron de más y sus intentos de cambiar fallaban más de lo que deberían.

Nuestra relación fue de meses y meses de peleas donde a veces discutíamos hasta por el simple hecho de que no queria que me abrazara al dormir.

El es una dulzura, es un buen chico y tiene los sentimientos más lindos del mundo, pero los últimos dos meses de nuestra relación tuve que convencerme para no irme, pero llego un momento en el que simplemente me consumió por completo y no pude más.

Teníamos una relación hermosa pero Cris se llenaba de pensamientos feos contra si mismo y todo el tiempo había que explicarle las cosas para que no piense mal, pero una simple cosita que se le pasara hacia que toda su mente se ponga a pensar y vuelva a ser una discusión.

Tengo poca paciencia normalmente.

Con el fue distinto, pero mis problemas conmigo mismo hicieron que comprenda que, capaz Cris y yo necesitábamos estar separados un tiempo. Hasta que pueda de verdad perdonar todas las cosas malas que el hizo antes de estar juntos.

Sería injusto decir que no confiaba en el, ya que, en toda la relación nunca dio un indicio de que volvería a ser el mujeriego que era antes de que estemos juntos, siempre me demostró que su "yo soltero" era distinto al chico con el que estaba.

El me presumía en todas sus redes.

Me mimaba cada que se podía.

Todo el tiempo me demostraba el amor que me tiene.

Y sus cartas siempre me revuelven el estómago.

Pero una parte de mi nunca pudo sanar el sabor agrio que le dejó verlo con alguien más, no me sentía muy capaz de complacerlo.

Todo lo que sabe hoy en día sobre relaciones homosexuales es gracias a mi, su historial está llenisimo de chicas, solo tuvo besos con chicos, yo soy el que resalta en su vida y el es capaz de gritarlo al mundo entero.

Pero aun con todo eso, mi mente también jugo conmigo y puedo decir que lo perdone, pero en el fondo sé que aún hay un poco de rencor.

Aunque mi mente me fuerce a soltarlo y dejarlo ir, mi corazón está totalmente repleto de cadenas de amor, esas que no pueden romper o abrir fácilmente.

Capaz sean esos ojos llenos de amor los que hacen que no pueda soltarlo, o sus caricias, su tacto en mí piel.

Aunque a veces también creo que pueda llegar a ser el verdadero cambio que hizo por mi, ya que a seis meses de haber terminado el no estuvo con nadie y aún sigue siendo ese chico lindo conmigo y solo conmigo, con nadie más.

Y no soy yo el único que se sorprende por aquello, todos los que lo conocen saben que el era el infiel, el que no salía a la calle sin conseguir al menos un seguidor más en Instagram.

Pero algo que me carcomía el cerebro era que  a seis meses de haber terminado yo traté de encontrar a alguien más y solo pude pensar en el mientras lo hacía. Y no se si era un pensamiento de "qué malo soy al pensar en él mientras hago esto" o un pensamiento de "saquemos un clavo con otro".

Muchas cosas pasaban por mi mente al tratar de borrarlo:  Pensaba en sus labios besando los míos. En sus dedos entrelazandose a los míos. En sus brazos rodeandome. En sus caricias suaves. Pense en el amor que siento por el.

Pense en nosotros. Y capaz también pensaba en cómo podríamos volver a amarnos.

Amarnos fuerte. Amarnos dulcemente. Amarnos como solo ambos sabíamos.

Volviendo A AmarnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora