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Cuando me desperté estaba en aquel lugar pequeño, frío y húmedo.

Ya había estado allí antes. No sabía cómo había llegado, pero una vez que me di cuenta de que no estaba en mi cama empecé a llamar a mis padres.

-¡Mamááá, mamáá!

...Silencio. Solo el eco de mi voz me respondía. Fue entonces cuando me fijé en la habitación donde estaba. Cuatro paredes lisas y negras me rodeaban. En tres de las cuatro paredes había una puerta. A mi derecha,una puerta de madera, normal y corriente. A mi izquierda, una puerta blanca como una nube, aunque despintada en algunas partes. La puerta que tenía enfrente era negra, casi tan negra como la pared. Se diferenciaban en que si mirabas fijamente a la puerta parecía que brillaba. Sin embargo, tenía unas cadenas que impedían que cruzara a través de ella.

Quería salir de allí, y quería salir YA, así que decidí meterme por la puerta de madera, ya que me inspiraba más confianza. La crucé, esperando poder encontrar una salida pronto.

Me encontré ante un largo pasillo, con paredes de un color amarillo apagado y una alfombra verde viscoso se extendía por todo el corredor. Olía raro, como cuando se te queman las tostadas. Una puerta al final y dos a cada lado eran las únicas cosas que no daban repelús en aquel lugar. Ninguna de las dos primeras puertas estaban abiertas, por lo que intenté ir a la que se encontraba al final. Cuanto más me acercaba, más se alejaba la puerta de mí. Empecé a correr hacia ella deseando saber si saldría de allí. No sé cómo, pero al cabo de un rato llegué, al fin. De repente, empecé a escuchar unas voces tras la puerta. Me apresuré a abrirla esperando poder encontrar a alguien.

Me decepcioné cuando me encontré con un pasillo exactamente igual al anterior. Ahora las voces las escuchaba detrás mía y no delante, esos pequeños susurros se fueron convirtiendo en gritos. Yo, solo quería salir de allí. Vi que la puerta que se encontraba al final estaba completamente abierta y, tras ella, una oscuridad que hizo que me temblaran las rodillas lo cubría todo. Eché a correr todo lo rápido que pude huyendo de los gritos que me perseguían. Cerré los ojos y atravesé la oscuridad.

Una puerta de salidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora